A pensar de la borrasca Alex y el confinamiento de casi 5 millones de personas, las carreteras de salida de Madrid presentaron un caos que no fue como el registrado el en mes de marzo, cuando se decretó el estado de alarma.
La Dirección General de Tráfico (DGT) activó los operativos como si fuera puente. En la autovía A-3, la que lleva a las costas de Castellón, Valencia, Alicante y Murcia, las retenciones fueron a la altura de Rivas Vaciamadrid y en Arganda del Rey.
En la A-4, con destinos hacia Andalucía y Castilla-La Mancha, la circulación también fue densa, así como la A-42, de Toledo. Al mediodía, el embotellamiento de la M-40 y la M-50 se extendió a las salidas de Madrid por la A-2 en dirección a Guadalajara, Zaragoza y Barcelona.
No hubo muchos problemas en las salidas de la capital por la A-1 en dirección Burgos y País Vasco, y por la A-6 hacia Valladolid, León y A Coruña, el embotellamiento normal de un viernes cualquiera.
En el aeropuerto Adolfo Suárez, terminales vacías, sin viajeros. No se pidió la documentación que justificase la realización del viaje. Algunos lectores aseguran que tan solo les requirieron el DNI y la tarjeta de embarque para poder volar, a pesar de las restricciones en Madrid.
En las estaciones de tren tampoco hubo ningún control que nos conste, por lo que los pasajeros pudieron viajar con tan solo presentar un billete. Según confirmaban los pasajeros, tampoco nadie les pide un justificante para subir a los trenes. Este hecho, permite a los madrileños salir de la ciudad sin restricciones haciendo uso de las líneas de cercanías.
Si bien, con la decisión de la Audiencia Nacional de rechazar las medidas cautelares que pedía la Comunidad de Madrid, parece que las medidas cobrarán otro cariz, por lo que los madrileños y madrileñas lo tendrán más complicado este viernes que, encima, es puente.
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