La creciente digitalización de los servicios y las transacciones comerciales en la vida cotidiana plantea un desafío significativo para ciertos grupos de la sociedad, especialmente para las personas mayores. La Asociación de Internet de las Personas, EMANCIPATIC, aborda esta problemática en un artículo que invita a reflexionar sobre la brecha digital y su impacto en este colectivo.
La transformación tecnológica está modificando de manera acelerada el panorama actual. Las organizaciones más establecidas se enfrentan a la complejidad y, en ocasiones, a la lentitud en su capacidad para innovar. Esto les coloca en una posición desventajosa frente a las startups, que son capaces de desarrollar productos adaptados rápidamente a las demandas del mercado. Esta dinámica obliga a las grandes empresas a adoptar una mentalidad más ágil para mantenerse competitivas y satisfacer a sus clientes digitales.
Desafíos sociodemográficos y adaptación empresarial
A medida que avanza la digitalización, se hace evidente el contraste con el cambio sociodemográfico de la población. Las personas mayores suelen estar menos familiarizadas con estas nuevas tecnologías, lo que puede dificultar su integración en un mundo cada vez más digitalizado. Este fenómeno no solo afecta su acceso a servicios básicos, sino también su participación activa en la sociedad.
El reto radica en encontrar soluciones efectivas que permitan cerrar esta brecha digital. Es esencial que tanto las instituciones como las empresas desarrollen estrategias inclusivas que faciliten el acceso y uso de la tecnología por parte de este grupo etario. La colaboración entre diferentes sectores será clave para garantizar que todos los ciudadanos puedan beneficiarse de los avances tecnológicos.