En lugar de acudir al médico, los pacientes con molestias leves tienden a la automedicación, lo que dificulta atajar los síntomas de manera efectiva. Así mismo, debido a esta circunstancia, se desconoce la incidencia real de esta patología entre la población.
En general, la enfermedad hemorroidal afecta a adultos de entre 25 y 60 años y es más frecuente entre los varones. Como explica Aurora Garre, asesora médica de Cinfa, “lo que comúnmente llamamos hemorroides o almorranas son estructuras venosas situadas en el canal anal y que, por diferentes causas, se dilatan e inflaman. Pueden ser internas o externas, y de mayor o menor tamaño”.
Los síntomas varían en función del grado de gravedad. Así, la Dra. Garre señala que, “en los primeros estadíos, las hemorroides provocan molestias más o menos leves como picor, inflamación de la piel, ardor, dolor o pequeños sangrados asociados a las deposiciones. En los casos más graves, las masas carnosas salen al exterior y llegan a permanecer fuera del esfínter la mayor parte del día, lo que puede resultar muy doloroso”, añade.
Evitar el estreñimiento, prioridad
“La herencia genética, el esfuerzo sobreabdominal causado por el embarazo y la edad avanzada constituyen factores de riesgo de esta enfermedad. No obstante, la causa más frecuente es el estreñimiento, ya que el esfuerzo realizado durante la defecación aumenta la presión sobre las hemorroides”, afirma la experta. También los hábitos alimentarios incorrectos o las rutinas negativas del individuo pueden provocar o acelerar esta patología: “El sedentarismo, la ingesta de especias, grasas, picantes o alcohol y el sobrepeso aumentan la probabilidad de padecer hemorroides”, recuerda el asesor.
En consecuencia, aunque las cremas y supositorios específicos ayudan a reducir la inflamación o el picor, la prevención juega un papel fundamental a la hora de evitar y aliviar las distintas molestias. “La prioridad es evitar el estreñimiento –apunta la doctora-, por lo que el ejercicio físico regular, una alimentación equilibrada e ingerir líquidos resulta crucial. De este modo, se asegura una mejor rutina de deposiciones, más regular y suave. Solo con adoptar hábitos dietéticos e higiénicos adecuados, las personas que sufren esta patología conseguirán mejorar su calidad de vida”, concluye.
En lugar de acudir al médico, los pacientes con molestias leves tienden a la automedicación, lo que dificulta atajar los síntomas de manera efectiva. Así mismo, debido a esta circunstancia, se desconoce la incidencia real de esta patología entre la población.
En general, la enfermedad hemorroidal afecta a adultos de entre 25 y 60 años y es más frecuente entre los varones. Como explica Aurora Garre, asesora médica de Cinfa, “lo que comúnmente llamamos hemorroides o almorranas son estructuras venosas situadas en el canal anal y que, por diferentes causas, se dilatan e inflaman. Pueden ser internas o externas, y de mayor o menor tamaño”.
Los síntomas varían en función del grado de gravedad. Así, la Dra. Garre señala que, “en los primeros estadíos, las hemorroides provocan molestias más o menos leves como picor, inflamación de la piel, ardor, dolor o pequeños sangrados asociados a las deposiciones. En los casos más graves, las masas carnosas salen al exterior y llegan a permanecer fuera del esfínter la mayor parte del día, lo que puede resultar muy doloroso”, añade.
Evitar el estreñimiento, prioridad
“La herencia genética, el esfuerzo sobreabdominal causado por el embarazo y la edad avanzada constituyen factores de riesgo de esta enfermedad. No obstante, la causa más frecuente es el estreñimiento, ya que el esfuerzo realizado durante la defecación aumenta la presión sobre las hemorroides”, afirma la experta. También los hábitos alimentarios incorrectos o las rutinas negativas del individuo pueden provocar o acelerar esta patología: “El sedentarismo, la ingesta de especias, grasas, picantes o alcohol y el sobrepeso aumentan la probabilidad de padecer hemorroides”, recuerda el asesor.
En consecuencia, aunque las cremas y supositorios específicos ayudan a reducir la inflamación o el picor, la prevención juega un papel fundamental a la hora de evitar y aliviar las distintas molestias. “La prioridad es evitar el estreñimiento –apunta la doctora-, por lo que el ejercicio físico regular, una alimentación equilibrada e ingerir líquidos resulta crucial. De este modo, se asegura una mejor rutina de deposiciones, más regular y suave. Solo con adoptar hábitos dietéticos e higiénicos adecuados, las personas que sufren esta patología conseguirán mejorar su calidad de vida”, concluye.