Los traumatismos cerebrales, causados por accidentes, caídas o deportes de contacto, pueden tener consecuencias a largo plazo en la salud cognitiva. La investigación indica que estos traumatismos aumentan el riesgo de desarrollar demencia y deterioro cognitivo. Se estima que hasta un 3% de los casos de demencia global podrían prevenirse evitando estos traumatismos. La gravedad y frecuencia de las lesiones son factores clave en el riesgo de demencia, con evidencias que sugieren que incluso un solo traumatismo moderado puede ser perjudicial. Es esencial implementar medidas de prevención y realizar un seguimiento adecuado para mitigar los efectos a largo plazo de estas lesiones. Para más información, visita el enlace.
CEAFA destaca la importancia de reconocer el papel activo de las personas mayores con demencia en la sociedad, coincidiendo con el Día Internacional de las Personas Mayores. La Confederación Española de Alzheimer y otras Demencias subraya que más de 1,2 millones de personas en España viven con demencia, y enfatiza que la edad y la enfermedad no deben llevar a la invisibilidad. CEAFA aboga por políticas inclusivas que promuevan la participación activa y el respeto hacia estos individuos, instando a crear entornos accesibles que mejoren su calidad de vida y fomenten su autonomía. La entidad reclama un cambio en la percepción del envejecimiento y la demencia, alejándose del enfoque asistencial hacia uno que valore a las personas mayores como protagonistas de sus propias vidas.
La enfermedad de Alzheimer plantea profundas interrogantes sobre la identidad personal, ya que afecta la memoria y las funciones cognitivas. Sin embargo, estudios indican que la identidad trasciende la memoria, manteniéndose ciertos aspectos fundamentales incluso en etapas avanzadas de la demencia. A través de estrategias como intervenciones de reminiscencia y trabajo biográfico, es posible preservar y fortalecer la identidad de las personas afectadas. La distinción entre identidad personal y social es crucial; mientras que la primera se relaciona con la percepción interna de uno mismo, la segunda depende de las interacciones sociales. La preservación de la identidad no solo es posible, sino que puede ser potenciada mediante un enfoque relacional activo y el reconocimiento emocional en el cuidado diario.
La terapia multisensorial se presenta como una intervención innovadora para mejorar el bienestar de personas con demencia y deterioro cognitivo. Este enfoque terapéutico utiliza estímulos sensoriales controlados y personalizados, ofreciendo una alternativa no farmacológica que complementa tratamientos tradicionales. Al activar diferentes canales sensoriales, la terapia busca optimizar el funcionamiento cerebral y fomentar la neuroplasticidad, lo que puede ayudar a mitigar los efectos de enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer. La terapia multisensorial se centra en adaptar las intervenciones a las necesidades individuales, promoviendo así una atención integral y centrada en la persona.
La neuropsicología desempeña un papel crucial en la prevención y diagnóstico precoz de las demencias, según un reciente webinar organizado por la Confederación Española de Alzheimer y otras Demencias (CEAFA). La neuropsicóloga Marta Balagué Marmaña destacó la importancia de la evaluación neuropsicológica para identificar alteraciones en funciones cognitivas como memoria y lenguaje. Factores como el aislamiento social y la falta de estimulación aumentan el riesgo de deterioro cognitivo. Además, se abordaron nuevos tratamientos farmacológicos que podrían transformar el manejo del Alzheimer, enfatizando la necesidad de detección temprana para maximizar su eficacia. La atención personalizada y la combinación de intervenciones farmacológicas y no farmacológicas son esenciales para mejorar la calidad de vida de quienes padecen estas enfermedades. Para más información, visita el enlace a la noticia completa.
La demencia es una condición que provoca la pérdida de funciones mentales, afectando las actividades diarias de quienes la padecen. Este artículo detalla los diferentes tipos de demencia y sus causas, desmitificando la idea de que es un aspecto inevitable del envejecimiento. Aunque la edad avanzada aumenta el riesgo, no es el único factor. Un diagnóstico temprano puede mejorar significativamente la calidad de vida y facilitar la planificación del cuidado a largo plazo.
La farmacia comunitaria juega un papel crucial en la atención integral a personas con demencia, según un webinar organizado por la Confederación Española de Alzheimer y Otras Demencias (CEAFA). Pablo Morell Gutiérrez, farmacéutico en La Rinconada, destacó la importancia de los farmacéuticos en la detección temprana de cambios cognitivos, gestión de medicación y apoyo a cuidadores. Con más de 22,000 farmacias en España, su cercanía y formación especializada son vitales para mejorar la calidad de vida de quienes padecen Alzheimer. Además, se resaltó la necesidad de colaboración interdisciplinaria con médicos y asociaciones para optimizar el cuidado.
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La soledad y el aislamiento social son factores que impactan significativamente en el inicio y desarrollo de la demencia, según un reciente webinar organizado por la Confederación Española de Alzheimer (CEAFA). La médico geriatra Belén González Glaría destacó que el contacto social puede prevenir o retrasar la aparición de esta enfermedad, comparándose en importancia con otros factores de riesgo como la hipertensión. La soledad no deseada, especialmente entre mujeres mayores, se ha convertido en una epidemia global que afecta a diversas poblaciones y está relacionada con un mayor riesgo de enfermedades cognitivas y físicas. Se enfatiza la necesidad de políticas integrales para combatir este problema y promover el bienestar de las personas mayores. Para más información, visita el enlace completo.
La enfermedad de Alzheimer, principal causa de demencia, provoca cambios significativos en el cerebro, afectando progresivamente su estructura y funciones. Esta enfermedad neurodegenerativa impacta áreas clave como la corteza entorrinal y el hipocampo, esenciales para la memoria y el aprendizaje, lo que resulta en dificultades cognitivas y emocionales. Los depósitos de proteínas tóxicas, como beta-amiloide y tau, son responsables del daño neuronal y la inflamación crónica. Comprender estos cambios es crucial para desarrollar estrategias de apoyo y tratamiento que mejoren la calidad de vida de las personas afectadas. La investigación continúa enfocándose en identificar biomarcadores y nuevas terapias para frenar la progresión del Alzheimer.
Un estudio reciente revela que el 45% de los casos de demencia son prevenibles mediante cambios individuales y sociales. Publicado en la revista Actas de Coordinación Sociosanitaria, el artículo destaca que factores como la baja escolaridad, pérdida auditiva, sedentarismo y aislamiento social son modificables y están relacionados con el riesgo de desarrollar demencia. A pesar de las proyecciones de una epidemia de demencia, la incidencia ha disminuido en algunos países gracias a mejoras en las condiciones de vida y educación. Intervenciones multidominio, como el proyecto FINGER, han demostrado ser efectivas para reducir el deterioro cognitivo en personas mayores. Los autores del estudio abogan por priorizar políticas públicas que aborden estos factores de riesgo a lo largo de la vida y mejorar la equidad en el acceso a recursos preventivos.
El Centro de Referencia Estatal de atención a personas con Alzheimer y otras demencias en Salamanca ha lanzado la guía «Terapia de reminiscencia con fotografías (TRF)», que se centra en intervenciones no farmacológicas para mejorar la calidad de vida de las personas con demencia. Esta publicación, elaborada por profesionales del centro y expertos en psicología, ofrece orientaciones prácticas para realizar talleres que utilizan fotografías familiares e históricas, con el fin de estimular la memoria y fomentar la interacción social. La iniciativa refleja el compromiso del Imserso por promover terapias basadas en la evidencia que respeten la identidad personal y potencien las capacidades preservadas de los pacientes.
CEAFA ha lanzado un llamado urgente para abordar la soledad y el edadismo que enfrentan las personas cuidadoras de familiares con Alzheimer. En su nuevo informe, "La soledad de la persona cuidadora de un familiar con Alzheimer", se destacan los efectos negativos en la salud física y emocional de estos cuidadores, quienes a menudo se sienten aislados y desatendidos. El estudio revela que el 75% de los cuidadores experimentan soledad y el 62% indica que su salud se ha visto afectada por esta labor. CEAFA propone soluciones como apoyo integral, creación de redes comunitarias y promoción de entornos inclusivos para mejorar la calidad de vida de este colectivo. Además, se presenta otro informe sobre el edadismo que sufren los cuidadores mayores, enfatizando la necesidad de erradicar la discriminación y ofrecer más recursos a quienes dedican su vida al cuidado.
La obesidad y la demencia son dos importantes desafíos de salud pública que están interrelacionados. A medida que aumenta la esperanza de vida, surge la preocupación por las condiciones que afectan la calidad de los años vividos. La obesidad se ha identificado como un factor de riesgo no solo para enfermedades cardiovasculares y diabetes tipo 2, sino también para el desarrollo de demencia. Un reciente informe sugiere que hasta el 45% de los casos de demencia podrían estar relacionados con factores modificables como la obesidad. Este artículo explora cómo la inflamación crónica y las alteraciones metabólicas asociadas con la obesidad pueden afectar la salud cerebral y aumentar el riesgo de deterioro cognitivo. Adoptar hábitos saludables, como una alimentación equilibrada y ejercicio regular, puede ser clave para prevenir tanto la obesidad como la demencia en el futuro.
Un estudio internacional publicado en la revista Nature Mental Health ha identificado tres perfiles psicológicos que podrían influir en la salud mental, cognitiva y cerebral durante el envejecimiento. Liderado por el profesor David Bartrés-Faz, el análisis abarcó más de mil adultos de mediana edad y mayores, revelando cómo características psicológicas específicas se relacionan con el riesgo de demencia y la calidad del sueño. Los hallazgos sugieren que un perfil psicológico equilibrado está asociado con mejor salud cognitiva, mientras que perfiles con rasgos negativos pueden aumentar el riesgo de deterioro cognitivo. Este estudio abre nuevas vías para desarrollar estrategias de prevención personalizadas en salud mental.
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