03/12/2025@14:23:39
Un estudio del Instituto de Neurociencias y la Universidad Miguel Hernández revela que un entorno estimulante durante la infancia activa procesos moleculares que mejoran la memoria y el aprendizaje. Investigadores han identificado el factor de transcripción AP-1 como un mediador clave que traduce experiencias ambientales en cambios duraderos en la función cognitiva. Los ratones criados en entornos enriquecidos mostraron un rendimiento superior en tareas de memoria, mientras que aquellos en condiciones empobrecidas presentaron déficits cognitivos. Este descubrimiento destaca la importancia de la estimulación temprana y su impacto biológico en el cerebro, sugiriendo posibles estrategias terapéuticas para trastornos del neurodesarrollo.