En memoria de Javi. Hermano, siempre estarás en mi recuerdo
30/11/2022@12:51:22
1 de diciembre, Día Internacional de la Lucha contra el Sida. Un día para reivindicar mayores esfuerzos contra esta cruel enfermedad, para reflexionar sobre lo que no hacemos bien, denunciar a los gobiernos que no se implican lo suficiente, o simplemente para recordar a nuestros muertos.
Después de casi dos años de pandemia creo que he dicho casi todo que podía decir sobre ella. Más que sobre ella debiera decir que es del comportamiento humano que he observado durante estos casi 24 meses.
Todos los expertos nos habían alertado por sexta vez consecutiva, que rebajar las medidas contra el COVID demasiado pronto de nuevo, con la variante Delta campando a sus anchas era muy peligroso.
Nos hemos vuelto a equivocar por enésima vez. Lo hicimos hace un año, en los puentes de Octubre y Diciembre, en Navidad, Semana Santa… No tenemos remedio, porque no se puede dejar todo en manos de una parte de la sociedad que ignora el peligro y es ajena a la solidaridad.
Estamos próximos a “celebrar” unas fiestas muy extrañas, unas conmemoraciones en medio de una cruel pandemia, con un virus para el que supone una gran noticia para su supervivencia, precisamente este tipo de celebraciones.
La pregunta, aunque pueda parecerlo, no va referida a la guerra provocada por Putin en Ucrania. Ahí la respuesta sería contundente y unánime: cero, ninguno.
Llega un nuevo 1 de Diciembre, “Día Internacional de la lucha contra el Sida”. Un día para reivindicar mayores esfuerzos contra esta cruel enfermedad, reflexionar sobre lo que no hacemos bien, denunciar a los gobiernos y organizaciones que no se implican lo suficiente, o simplemente para recordar a nuestros seres queridos arrebatados por esa cruel enfermedad.
El pasado día 20 en comparecencia ante la prensa, el Vicepresidente de Castilla-León, Francisco Igea, pronunció una de esas frases memorables, que además sintetiza todo lo ocurrido en estos 17 mese de pandemia.
Los dos últimos fines de semana, con el desconfinamiento paulatino primero de los niños y después de los mayores, estamos poniendo a prueba la eficacia de la apertura de manos de nuestras instituciones por un lado, y la sensatez y responsabilidad de la ciudadanía por otro.