La ONU alerta sobre el alarmante aumento del feminicidio, con una mujer asesinada cada 10 minutos en 2024, lo que equivale a aproximadamente 50.000 víctimas anuales a manos de parejas íntimas o familiares. Este fenómeno se ve impulsado por la discriminación de género, relaciones de poder desiguales y normas sociales dañinas. El informe destaca que el feminicidio es la forma más extrema de violencia contra mujeres y niñas, con un impacto global que afecta a todos los países, siendo África la región con las cifras más altas. La ONU trabaja para fortalecer leyes y políticas públicas que aborden esta crisis y promueve la igualdad de género como parte de sus Objetivos de Desarrollo Sostenible.
La situación en Gaza es crítica, con cientos de miles de familias enfrentando un invierno sin refugio adecuado ni suministros básicos. Las restricciones a la ayuda humanitaria han dejado a 1,45 millones de personas en riesgo, mientras que la devastación agrícola y la falta de acceso al agua agravan la crisis. Más del 85% de las instalaciones hídricas están dañadas y la cobertura de vacunación ha caído drásticamente. A pesar de algunos avances en la asistencia alimentaria, muchas familias siguen luchando por sobrevivir. En Cisjordania, la violencia persiste, aumentando la dependencia de la ayuda humanitaria y exacerbando las tensiones socioeconómicas. La reconstrucción se ve obstaculizada por los escombros y las restricciones, dejando a los palestinos con un futuro incierto.
La igualdad de género es un derecho fundamental que puede transformar la economía global, según un informe de ONU Mujeres. A pesar de algunos avances en educación y salud, se estima que 351 millones de mujeres y niñas vivirán en pobreza extrema para 2030 si no se toman medidas urgentes. Invertir en igualdad podría añadir 1,5 billones de dólares al PIB mundial en cinco años y generar beneficios acumulados de 342 billones hacia 2050. El informe destaca la necesidad de aumentar la representación femenina en el liderazgo y subraya que la igualdad no es solo una cuestión de justicia, sino esencial para el desarrollo sostenible y los derechos humanos.
En Gaza, al menos 21.000 de los 40.500 niños afectados por la guerra han quedado discapacitados debido a bombardeos y agresiones militares en los últimos dos años. Un informe del Comité sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad destaca que estos niños enfrentan condiciones de evacuación inseguras y carecen de servicios esenciales, lo que ha llevado a un aumento en la mortalidad entre ellos. Además, se estima que entre 480.000 y 485.000 personas en Gaza sufren problemas de salud mental o discapacidad psicosocial, siendo la mayoría niños. La falta de acceso a ayuda humanitaria agrava la situación, dejando a muchas personas con discapacidad sin alimentos ni atención médica adecuada. El Comité hace un llamado urgente para garantizar corredores seguros y mejorar el acceso a suministros esenciales para quienes más lo necesitan.
Gaza enfrenta una crisis alimentaria catastrófica, con la ONU advirtiendo que 160.000 personas se sumarán a las 500.000 ya afectadas por la hambruna. La situación se agrava debido a las operaciones militares de Israel, lo que limita el acceso a ayuda humanitaria y alimentos. La Oficina para Asuntos Humanitarios destaca la necesidad urgente de restablecer la distribución de alimentos en la región, mientras que la OMS alerta sobre el riesgo de enfermedades transmisibles debido a condiciones precarias y escasez de tratamientos médicos. La comunidad internacional debe actuar rápidamente para evitar una catástrofe humanitaria mayor en Gaza.
Es fundamental apoyar a las víctimas de violencia sexual en conflictos, según el informe presentado por Pramila Patten al Consejo de Seguridad de la ONU. En un contexto donde el gasto militar diario supera los recursos anuales destinados a combatir esta problemática, los recortes presupuestarios han cerrado refugios y clínicas, aumentando la vulnerabilidad de las víctimas. En 2024, se reportaron más de 4600 casos verificados, un aumento del 25% respecto al año anterior, con un alarmante incremento del 35% en la violencia contra niños. La representante especial enfatiza la necesidad de financiar adecuadamente las instituciones que protegen y apoyan a los sobrevivientes para evitar que los perpetradores queden impunes.
En Gaza, más de 100 niños han muerto debido a la desnutrición y el hambre, según informes de la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos. Esta tragedia se suma a los más de 40,000 niños que han sido reportados como muertos o heridos por los bombardeos israelíes. La crisis humanitaria se agrava con al menos 17,000 niños separados de sus familias y un millón que sufren traumas severos sin acceso a educación. La situación se ha vuelto crítica, con muertes por inanición reportadas diariamente y un aumento alarmante en los casos de malnutrición infantil. Los equipos humanitarios están trabajando para proporcionar asistencia, pero enfrentan desafíos significativos debido a la falta de materiales y recursos.
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Más del 90% de los niños en Gaza presentan comportamientos agresivos tras dos años de conflicto entre Hamás e Israel, según informes de agencias humanitarias. La falta de estabilidad y el colapso de servicios esenciales han llevado a un aumento en la violencia y el retraimiento emocional entre los menores. A pesar del alto el fuego, la inseguridad persiste, lo que complica los esfuerzos de recuperación y estabilización necesarios para el futuro político del territorio. Philippe Lazzarini, comisionado general de la UNRWA, enfatiza que la ayuda humanitaria es crucial para evitar consecuencias graves en la región y llama a una mayor financiación y apoyo para garantizar la supervivencia de millones de palestinos.
En el Día Mundial de la Alimentación, la ONU destaca la necesidad urgente de unidad para construir sistemas alimentarios sostenibles. A pesar de que el mundo produce suficiente comida, 673 millones de personas padecen hambre, mientras que la obesidad y el desperdicio de alimentos siguen en aumento. El Secretario General António Guterres enfatiza que se deben abordar los nuevos desafíos, como las crisis climáticas y el uso del hambre como arma en conflictos. Se hace un llamado a la solidaridad para garantizar una alimentación adecuada y saludable para todos. Además, se subraya el caso de las chakras andinas, donde mujeres indígenas preservan la agrobiodiversidad y contribuyen a la seguridad alimentaria en Ecuador.
La prohibición impuesta por los talibanes que impide a las mujeres trabajar con agencias de la ONU está afectando gravemente la asistencia humanitaria en Afganistán. Esta restricción ha llevado a organismos como ACNUR a reducir sus servicios esenciales, lo que impacta directamente en la ayuda a cientos de miles de personas afectadas por un reciente terremoto. La falta de personal femenino ha obligado a cerrar temporalmente centros de apoyo y entrega de efectivo, complicando el registro y asistencia a los afganos vulnerables. Con más de 2,6 millones de retornados desde principios de año y un contexto humanitario ya crítico, la situación es especialmente sombría para los niños damnificados. Las agencias advierten sobre el aumento de problemas graves en el país debido a esta crisis.
Un devastador alud en la aldea de Tarsin, en la frontera entre Darfur Central y Darfur Meridional, podría haber causado hasta mil muertes. Este desastre ocurre en medio de una brutal guerra que ha desplazado a millones y dejado a muchas comunidades al borde de la hambruna. La ONU se compromete a brindar ayuda a los afectados, pero el acceso humanitario sigue siendo complicado debido al conflicto. La tragedia resalta la urgente necesidad de apoyo y acceso seguro para las organizaciones humanitarias en la región.
La ONU ha elogiado la decisión del Gobierno de Tailandia de otorgar derechos laborales a los refugiados de Myanmar, particularmente a la comunidad rohinyá. Esta medida, que permite a los refugiados trabajar legalmente, no solo les ayudará a sostenerse económicamente, sino que también beneficiará a las economías locales y promoverá el crecimiento sostenible en Tailandia. La representante del ACNUR en Tailandia, Tammi Sharpe, considera esta resolución un "punto de inflexión" y un paso hacia políticas más inclusivas para los refugiados. En un contexto de recortes en la ayuda humanitaria global, esta acción podría establecer un precedente positivo para otros países con desafíos similares.
El reciente informe de la ONU revela que la violencia sexual se utiliza como arma en conflictos, afectando a más de 4600 personas en 2024, un aumento del 25% respecto al año anterior. Las mujeres y niñas constituyen el 92% de las víctimas, aunque también hay hombres y niños afectados. Los patrones de violencia se han documentado en 21 países, incluyendo Ucrania y los territorios palestinos, donde el acceso para verificar denuncias ha sido limitado. El informe destaca la necesidad urgente de apoyo para las víctimas, quienes enfrentan estigmas y exclusión socioeconómica. Se insta a tomar medidas efectivas para prevenir estos crímenes y garantizar la rendición de cuentas.
La situación en Gaza es crítica, con hospitales desbordados por el aumento de heridos debido a la violencia y el surgimiento de enfermedades raras como el síndrome de Guillain-Barré. La Oficina de la ONU para Asuntos Humanitarios informa que los centros médicos están al borde del colapso, mientras que la escasez de alimentos se agrava, afectando a más de 500,000 personas en riesgo de hambruna. Solo un 1.5% de las tierras cultivables son accesibles, lo que contribuye a una crisis alimentaria sin precedentes. Expertos en derechos humanos piden la restauración del sistema humanitario de la ONU y denuncian el uso de la hambruna como arma de guerra. La comunidad internacional debe actuar urgentemente para proteger a la población palestina y garantizar el acceso a ayuda humanitaria efectiva.
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