En las últimas tres décadas las cifras de sobrepeso y obesidad han aumentado en un 100%, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), llegando a afectar a un 52% de la población global1. El Libro Blanco de los Lácteos2 manifiesta que una dieta mediterránea equilibrada ayuda a evitar el sobrepeso, destacando sobre todo el papel que juegan los lácteos en la alimentación.
La dieta mediterránea destaca por ser una de las dietas más completas a nivel mundial, ya que incluye abundantes y variados alimentos. La leche, presente en la vida del hombre desde el Mesolítico, y los derivados lácteos aportan una amplia gama de macro y micronutrientes, como son proteínas, lípidos, carbohidratos, vitaminas y minerales. Al ser alimentos tan completos, los lácteos cubren gran parte de las necesidades de los mismos en los distintos grupos de la población, desde la infancia hasta la edad adulta.
Los lácteos para controlar el sobrepeso
Durante la infancia resulta fundamental prestar especial atención a la alimentación, para disminuir el riesgo futuro de obesidad, ya sea durante la adolescencia o la edad adulta. Estudios transversales realizados con niños de entre 3 y 11 años destacan la relación existente entre el consumo de productos lácteos y el índice de masa corporal (IMC), a mayor consumo de lácteos, menor IMC3.
Por otro lado, el calcio, además de ser fundamental para el crecimiento y la masa ósea, disminuye las concentraciones de la hormona paratiroidea, hormona que interviene en la regulación del metabolismo del calcio y del fósforo, y que junto con la vitamina D activa disminuyen la acumulación de grasa en el cuerpo. De esta manera, las personas que consumen menos calcio pueden presentar mayor riesgo de padecer obesidad.
Al finalizar la etapa de crecimiento y alcanzar la edad adulta, se tiende a disminuir el consumo de lácteos. El Libro Blanco de los Lácteos resalta varios estudios que destacan que las proteínas de los productos lácteos, gracias su efecto saciante, ayudan a controlar la ingesta de alimentos, enlentecen el vaciamiento gástrico y contribuyen a la regulación peso corporal. Finalmente, los productos lácteos también ayudan a disminuir el riesgo cardiovascular y la diabetes mellitus tipo 2, incluso en las personas que ya padecen sobrepeso.
“Las poblaciones del Mediterráneo cada vez van adquiriendo más hábitos alimenticios del norte de Europa siendo uno de los motivos por los que el porcentaje de sobrepeso en estas zonas va en aumento, sobretodo en adolescentes. Llevar una dieta variada y equilibrada, acorde a la actividad física diaria de cada persona, y que incluya el consumo de productos lácteos resulta fundamental para controlar el sobrepeso tanto en niños como en adultos”, concluye el Dr. Luis Moreno, catedrático de la Universidad de Zaragoza.