“Cada día más madres e hijas recurren a los tratamientos faciales de ácido hialurónico para atenuar el paso de los años y revitalizar el rostro”, asegura la Dra. Cristina Villanueva, cirujano plástico y directora de la Clínica Dra. Villanueva en Barcelona. Tanto es así que, “normalmente son las hijas las que ven los buenos resultados en sus madres y deciden confiar en ese médico que les trata, y en algunos casos incluso reunimos hasta tres generaciones, abuela madre e hija”.
Según los últimos datos de la Sociedad Internacional de Cirugía Estética y Plástica (ISAPS), los tratamientos con rellenos dérmicos de ácido hialurónico son un 25´4% de los tratamientos médicos no quirúrgicos que se realizan al año, y según los especialistas esta cifra va en aumento. “Sin duda, el ácido hialurónico como relleno dérmico es uno de los tratamientos que, en manos expertas es bien tolerado, no requiere baja laboral ni anestesia, puede realizarse en la consulta y es prácticamente indoloro”, señala la Dra. Villanueva, quien añade que “una de las mejores señales es que las madres confíen tanto en ti como para traerte a sus hijas e incluso a sus nietas”.
En este sentido,la gama Vycross de rellenos dérmicos de ácido hialurónico de Allergan permite que el paciente vea resultados de forma inmediata y estos puedan durar hasta 18 meses. “Es importante saber qué ácido hialurónico va a utilizar el médico para asegurarnos de que el resultado será muy natural”, explica esta especialista.
Analizar la genética para predecir la arruga a tiempo
Al contrario de lo que se piensa, el paso del tiempo no es siempre el peor aliado, sino que la rutina diaria, el estrés, una mala alimentación y los malos hábitos son determinantes. “A veces se da la paradoja de que las madres están comparativamente mejor que las hijas porque llevan tiempo cuidándose y en un momento dado las hijas, que llevan una vida más ajetreada, deciden venir y cuidarse también”, afirma la Dra. Villanueva.
Son varias las ventajas de que una madre y su hija acudan juntas a realizarse un tratamiento: “Nos permite analizar su genética y el proceso de envejecimiento de la madre para tratar y prevenir los signos en la hija, de manera que tratando la arruga a tiempo podremos ralentizar su aparición”. En concreto, detalla, “por ejemplo, si analizamos los signos de envejecimiento de la madre, como el código de barras, podemos incidir en la prevención de esa zona en la hija para evitar el desarrollo de las arrugas”. Pero además este análisis puede ser a la inversa, “ver a la hija ayuda a apreciar y respetar los rasgos faciales de la madre y hacer tratamientos más naturales, adaptándolos a la edad”, analiza esta especialista en medicina estética.
El tratamiento es siempre personalizado, ya que no todos envejecemos igual y por lo tanto cada necesidad es distinta. “Lo importante es proyectar la belleza de cada uno difuminando los signos de la edad de una forma coherente”.