Se deben a patologías cardiacas sin síntomas previos
La muerte súbita e inesperada de un deportista aparentemente sano provoca consecuencias devastadoras para la familia y las entidades deportivas. Existen en la actualidad protocolos que, de implantarse, lograrían reducir en un 90% los casos de muerte súbita de deportistas en la población.
Se calcula que 1 de cada 300 jóvenes deportistas padece una anomalía potencialmente letal que requiere de medidas concretas para evitar consecuencias graves de salid derivadas de la misma. La evidencia científica sugiere que el Screening de Preparticipación Deportiva identifica a los portadores de enfermedades potencialmente letales, mucho más frecuente en aquellos que no son considerados atletas, amateurs y deportistas recreacionales. "Los jóvenes que son identificados como portadores de determinadas anomalías cardiovasculares como la miocardiopatía hipertrófica o el síndrome de Brugada son aconsejados convenientemente sobre estilo de vida, y se establecen aquellas medidas que consideramos necesarias como la medicación, cirugía o, en algunas ocasiones, exclusión del deporte de competición", explica el Dr. Jordi Trias de Bes, cardiólogo de la Clínica Corachan de Barcelona.