Dormir bien es fundamental para gozar de una buena salud. El dormir mucho no quiere decir que se duerrme bien, no estamos hablando de dormir mucho, sino de tener un sueño de calidad que nos permita despertarnos en plena forma física y mental para hacer frente a las tareas del día a día.
No siempre se le da la enorme importancia que tiene, seguir ciertas pautas antes de acostarnos puede contribuir de manera efectiva a que a tengamos un sueño placentero y reparador sea cual sea nuestra edad.
Pautas para dormir bien:
– No tomar sustancias excitantes como café, té, alcohol, tabaco, etc., especialmente durante la tarde o al final del día.
– Hacer una cena ligera una o dos horas antes de irse a la cama. Acostarse con sensación de hambre no es conveniente, se puede tomarse un vaso de leche caliente ó una infusión sin teína para favorecer la relajación.
– No realizar deporte a última hora del día.
- Evitar las siestas que dure más de 20-30 minutos.
– Mantener a raya el reloj biológico que todos llevamos dentro e intentar llevar una rutina de horarios de sueño regulares, acostándonos y levantándonos siempre a la misma hora.
– Ventilar, dormir en un ambiente adecuado es imprescindible para favorecer el sueño. Temperatura adecuada, evitar ruidos, una decoración con colores relajantes, una cama confortable… También la aromaterapia puede ayudar a relajarnos y tener sueños más placenteros, así como una ducha con agua templada o una música relajante antes de irnos a la cama.
– Conviene no realizar en la cama tareas que impliquen actividad mental. Leer, ver la televisión o usar el ordenador no ayudan en absoluto.
– Algunos medicamentos pueden producir insomnio, así que, a ser posible, no deben consumirse justo antes de acostarse.
– Aunque no siempre es posible, también debe cuidarse el momento del despertar, evitando alarmas estridentes que nos saquen del sueño de forma muy brusca.
A más horas de sueño, mayor deterioro cognitivo. Es la principal conclusión de un estudio realizado por el grupo de farmacéutico, procedentes de la Comunidad Valenciana, el trabajo “Horas diarias de sueño y riesgo de deterioro cognitivo en personas mayores de 65 años no institucionalizadas”, cuyo objetivo era identificar si existía una asociación entre las horas de sueño y el deterioro cognitivo en personas de la tercera edad. Para ello, los autores llevaron a cabo un estudio observacional transversal, mediante entrevista a 729 personas mayores de 65 años, excluyendo a aquéllas con graves déficits sensoriales o incapacidad física para llevar a cabo los test. Una vez analizadas las horas de sueño diarias (siesta y noche) de cada uno de los participantes, se vinculó esta información con el deterioro cognitivo identificado en el grupo (17,6%).
El estudio concluyó que existe una notable asociación entre dormir 9 horas o más y el deterioro cognitivo en personas mayores de 65 años, mientras que no se detectó relación alguna en el caso de aquellos participantes que dormían 7 o menos horas. Interesante conclusión de un estudio que fue galardonado en Málaga, durante la clausura de la sexta edición de un congreso que reunió a un millar de profesionales de toda España.