A partir del nacimiento del bebé comienza la lactancia, etapa muy importante por el vínculo afectivo entre el bebé y la madre, entre otros motivos. El recién nacido reconoce el olor de su progenitora y es capaz de sentir los latidos que escuchó durante el embarazo. En la lactancia intervienen dos hormonas: los estrógenos y la progesterona.
Durante el embarazo, las glándulas mamarias permanecerán en reposo y, una vez llegado el parto, se produce la secreción láctea mediante otras hormonas, las hipofisarias. En algunos casos puede ocurrir que haya agalactia, falta de secreción láctea, o hipogalactia, disminución de la secreción láctea, siendo insuficiente para alimentar al bebé.
Como decíamos al principio, en homeopatía hay medicamentos que pueden ayudar a resolver muchos de los inconvenientes de la lactancia. La lactancia con frecuencia origina en la madre problemas vinculados a la cantidad o la calidad de la leche, o a la aparición de grietas en los pezones.
En estos casos, a grosso modo, Ricinus podrá aumentar la secreción láctea; Calcarea carbonica, resolver una excesiva secreción; Phytolacca o Belladona (en elección individualizada según el caso), actuarán de forma favorable sobre la obstrucción mamaria y sus consecuencias; Calcarea carbonica, Pulsatilla o Lac caninum, podrán ser de gran utilidad en el destete.
Cuando la lactancia no se produce o cuando disminuye la secreción de leche, hay remedios homeopáticos que favorecen la producción de la leche, tales como: Aconitum: cuando la supresión de la leche se produce después de un susto o de un enfriamiento.
– Agnus castanus: cuando la leche disminuye o desaparece, y la paciente está triste, deprimida.
– Causticum: en las hipogalactias, indicado en mujeres con exceso de fatiga o con falta de sueño, lo que disminuye la leche.
– Chamommilla: indicado cuando un acceso de cólera origina la supresión de la leche.
– Dulcamara: cuando la leche se suprime por tomar frío.
– Lac caninum: cuando la leche está ausente es un buen remedio, pero si está amamantando y tiene suficiente leche, no administrarlo, ya que suprime la lactancia. También es útil en la galactorrea (presencia de leche por problemas hormonales en mujeres que no están en lactancia).
– Lac defloratum: este es un gran remedio para hacer reaparecer la leche materna. En mujeres deprimidas que no tienen deseos de ver ni hablar con nadie.
– Ricinus communis: es un buen galactógeno cuando la leche disminuye o desaparece sin causa aparente.
– Urtica urens: gran remedio cuando la leche disminuye de repente o cuando no aparece después del parto, con aumento del tamaño de los senos.
– Mastitis: las mastitis o abscesos mamarios son colecciones purulentas que se forman en el tejido glandular o en el tejido celular periglandular. Puede haber abscesos del pezón y de la areola. Los abscesos subcutáneos son consecutivos a una infección superficial no convenientemente tratada, que invade el tejido celular formando pus, y que generalmente se limita a una zona mamaria.
Los abscesos glandulares: en general, la colección purulenta invade uno o varios lóbulos de la glándula. Hay una marcada tumefacción, tensa, caliente, roja, dolorosa, con edema inflamatorio de la piel. En estos casos la temperatura corporal puede llegar a 38ºC – 39ºC. Debe ser tratada lo más pronto posible, a fin de que la madre pueda seguir amamantando a su bebé de forma natural. En los casos de mastitis debe evitarse la retención de la leche en los pechos. La misma será extraída con sacaleche, descartada, para que después de pasar el proceso, pueda volver a amamantar.
A continuación enumeramos algunos de los remedios.
•Arsenicum album: indicado cuando la piel que cubre el absceso se pone de color azulado y la zona está caliente. La paciente puede tener malestar general.
•Belladona: los dolores son punzantes, el seno está pesado, rojo, con vetas rojas que parten del pezón y fiebre alta. Puede haber congestión en la cabeza, jaquecas punzantes y la cara está roja.
•Bryonia: indicada cuando el absceso está duro, pálido, pero caliente, y el seno se siente pesado.
•Lachesis: cuando el absceso ya se abrió y está supurando, la piel está azulada o púrpura, y hay una notable hipersensibilidad al tacto.
•Myristica Sebifera: llamado por algunos “el bisturí homeopático”, apresura la supuración y hace que los abscesos se abran.
•Phytolaca: para la inflamación de la mastitis,con secreción de pus, pero indicado después que han cedido los síntomas agudos.
•Silicea: es uno de los principales remedios de todos los abscesos: resuelve la excesiva supuración y también las induraciones que quedan después.
Nota: Para obtener buenos resultados de estos medicamentos homeopáticos, es importante su concentración, ya que unas activan y otras inhiben el efecto deseado, se aconseja consultar con un profesional o especialista.