Los resultados los expone el doctor José Fabregat Sancho, médico especialista en Neurocirugía y en Medicina Hiperbárica y subacuática, en un artículo que titula 'Oxigenoterapia Hiperbárica (OHB) en pacientes con Covid-19'.
El doctor Fabregat, que también es director de la Cátedra de Oxigenoterapia Hiperbárica de la Universidad Católica de Murcia (UCAM), explica que la Organización Mundial de la Salud (OMS) afirma que el oxígeno es la intervención mayor en paciente con Covid-19 y que los países deberían optimizar la disponibilidad de sistemas médicos de oxígeno.
Explica que, "con esta información, pensamos que el equipo con mayor capacidad de aportar oxigeno que conocíamos era la cámara hiperbárica, ya que permite un aporte no invasivo de O2 al 100% y además se añaden los efectos biológicos del aumento de presión. Por tanto, la medicina hiperbárica probablemente podría ayudar a estos pacientes".
La oxigenoterapia hiperbárica (OHB) es una disciplina médica reconocida e incorporada al catálogo de prestaciones de la sanidad pública española. Implica la administración de oxígeno medicinal a presión alta que debe ser inhalado por vía respiratoria.
Fabregat explica que la combinación de respirar O2 al 100% y a alta presión tiene una serie de efectos muy diversos en el organismo, entre ellos reduce la respuesta inflamatoria, es un potente regenerador tisular, regula el sistema inmune, mejora la circulación y aumenta la cantidad de oxígeno libre en plasma.
Por ello, y puesto que el nuevo coronavirus afecta a los pulmones y puede ir acompañado de un gran componente inflamatorio y daños estructurales a distintos niveles, como por ejemplo la hemoglobina, que impiden la correcta oxigenación de los tejidos, y puede generar un daño multiorgánico y la puesta en marcha de una cascada de agresiones al organismo "que explicaba el desenlace fatal en muchos casos a pesar del ingreso en UCI y el uso de respiradores", especialistas en el uso de OHB concluyeron que este tratamiento puede detener el deterioro cuando las máscaras de oxígeno no pueden evitar el descenso de saturación de O2.
"Con estas premisas", relata Fabregat, "planteamos el tratamiento de pacientes diagnosticados de Covid-19. El objetivo inicial era tratar pacientes clínicamente comprometidos, con mala respuesta al tratamiento de base y con riego de empeorar, necesitar ingreso en UCI y conexión a un respirador. Los tratamientos se llevaron a cabo en el hospital HLA Moncloa de Madrid".
Finalmente, los pacientes que se sometieron al tratamiento estaban en condiciones clínicas muy heterogéneas tanto en tiempo de evolución de enfermedad como en edad, patologías previas o respuesta al tratamiento médico.
De los siete pacientes tratados, cinco estaban en situación clínica comprometida con riesgo de deterioro y posibilidad de ingreso en UCI. Los otros dos estaban clínicamente más estables, habían pasado la fase aguda de la enfermedad "con mayor o menor dificultad pero no acababan de mejorar y eran dependientes del aporte externo de O2, lo que les obligaba a permanecer en el hospital".
El objetivo inicial del tratamiento en cámara hiperbárica era frenar el deterioro de los pacientes que tenían una evolución tórpida y evitar el paso a UCI y la necesidad de medidas invasivas de oxigenación.
Tras el tratamiento, "ninguno de los pacientes ha empeorado respecto a su situación inicial y ninguno de ellos ha necesitado ingreso en UCI y medidas invasivas de oxigenación. Todos ellos han manifestado una sensación subjetiva de mejoría. La tendencia en los datos analíticos es de estabilización /mejoría", expone en el trabajo.
En el artículo, el especialista concluye señalando que, pese a que hay que ser "conscientes de que se trata de una muestra corta y heterogénea que no permite sacar conclusiones definitivas", constataron que el tratamiento con oxigenoterapia hiperbárica "puede favorecer el metabolismo aeróbico, corregir la hipoxia, mejorar la perfusión y el aporte de oxígeno a los tejidos, reducir el componente inflamatorio, etc".