Al pensar en las navidades, una de las primeras cosas que se nos viene a la mente es la comida
Deliciosos platos vuelven a nuestras mesas: turrones, polvorones, corderos, mariscos, jamón... y todo regado de un buen vino. En esta época del año, se acumulan las reuniones en las que nos juntamos para comer y beber. Dan el pistoletazo de salida las comidas y cenas de empresa, pero les siguen pronto las quedadas y reencuentros con amigos y, por supuesto, las comidas y cenas familiares de Navidad y fin de año.
Cuando se suceden tantos cambios en nuestra rutina, el sistema digestivo sufre las consecuencias, 7 de cada 10 españoles sufren algún problema gastrointestinal durante las celebraciones navideñas. Y a esto hay que sumar una realidad más: de media, se engordan unos tres kilos en estas fechas.
En Navidad, que solemos comer mucho durante varios días seguidos, es posible que aparezcan algunos problemas digestivos. Estos son los más frecuentes durante las fiestas:
1. Acidez y ardor
Suelen ir de la mano, pues se producen por el mismo motivo: un exceso de ácido en el estómago. Después de una comida copiosa, el estómago trabaja más de lo habitual y llega a producir un más ácido de lo normal. La acidez son las molestias que ese exceso causa en la parte alta del abdomen. Es habitual que el dolor se acentúe al agacharse o recostarse.
Además, es posible que los ácidos lleguen hasta el esófago. Este órgano cuenta con una válvula (llamada cardias) que se cierra para evitar que los jugos del estómago lleguen a la garganta; sin embargo, en algunas ocasiones, esa válvula no cierra adecuadamente (por ejemplo, si hay un exceso de ácido tras una digestión pesada). Cuando los ácidos llegan a la garganta, notamos esa sensación de quemazón, tanto en la garganta como en el pecho, que es lo que se denomina ardor. Estas molestias son más habituales entre personas con sobrepeso y embarazadas.
2. Reflujo
Otro problema muy ligado a la acidez y el ardor. Después de una comida abundante, es posible tener un sabor agrio en la boca, una sensación similar a como si la comida volviese desde el estómago. Esta molestia, junto con la acidez y el ardor, suele ser algo puntual. Sin embargo, si se convierte en frecuente (dos veces por semana o más), es conveniente visitar al médico. Por ejemplo, la enfermedad por reflujo gastroesofágico causa acidez y otras molestias, por lo que estos síntomas pueden ser un primer aviso si se vuelven habituales.
3. Gases
Durante las comidas navideñas, hablamos mientras comemos y bebemos, y eso implica tragar mucho aire. Ese exceso de aire se acumula en el esófago y tiene que salir a través de los eructos. La acidez también puede provocar la necesidad de eructar con frecuencia. Por su parte, las flatulencias son comunes cuando se toman ciertos alimentos, como las judías, el repollo o las bebidas gaseosas.
4. Náuseas
En ocasiones, el escape de los ácidos del estómago hacia el esófago puede producir ganas de vomitar. Hay otros motivos por los que aparecen, como una intoxicación alimentaria, una alergia o intolerancia a algún ingrediente.
5. Indigestión
Es una molestia en la parte superior del abdomen acompañada de la sensación constante de tener el estómago lleno, incluso aunque no hayamos comido demasiado. La indigestión también suele acompañarse de acidez y náuseas.
6. Hipo
Son contracciones involuntarias del diafragma, un músculo situado en el abdomen. Tragar demasiado aire, tomar alcohol o bebidas gaseosas o comer mucho son algunos de los factores que lo producen.
7. Intoxicaciones
El consumo de alimentos en mal estado, crudos o poco cocinados son las causas principales de las intoxicaciones alimenticias en las Navidades. Mariscos, pescados crudos y carnes poco cocinadas son las comidas más afectadas por virus, bacterias y parásitos, por lo que siempre es muy recomendable que seamos nosotros los que cocinemos o cozamos los mariscos, congelemos los pescados y nos aseguremos de que las carnes están bien hechas, además, siempre hay que guardar la comida que compremos en la nevera y tener mucho cuidado con las mayonesas caseras, limpiando los huevos antes de utilizarlos y desechando la que no hayamos consumido de un día para otro si ha estado mucho tiempo fuera de la nevera. ¡Mejor preparar otra!
8. Empachos
Los empachos son muy habituales en las fechas Navideñas ya que solemos comer más de lo que nuestro estómago puede procesar en condiciones normales. Lo suelen provocar, además, los alimentos con mucha grasa, las carnes, frituras, dulces, el alcohol y las bebidas gaseosas, que no suelen faltar en las mesas durante esos días. Los síntomas van desde dolor estomacal, acidez, gases, estreñimiento, diarrea, vientre hinchado, falta de apetito e incluso vómitos.
9. Diarrea
Se trata de otro síntoma típico de las Navidades, normalmente es debido a las intoxicaciones alimentarias y a los cambios bruscos en la alimentación. Deberemos reponer líquidos y sales minerales bebiendo agua y zumos y recurrir a los medicamentos antidiarreicos que nos recete nuestro médico.
Todos estos problemas digestivos son bastante habituales en este tipo de eventos. Suelen ser leves, pero muy molestos. Para evitarlos y disfrutar de unas deliciosas fiestas, los expertos de DosFarma han recopilado algunos consejos sencillos para prevenir estos problemas y poder saborear cada plato de estas navidades.
Comer lento y masticar bien
Uno de los principales motivos por los que aparecen molestias digestivas es por comer muy rápido. Una buena digestión comienza en la boca, donde la saliva se mezcla con los alimentos. La saliva contiene una enzima llamada amilasa, que es la encargada de comenzar con la descomposición de los alimentos; si no masticamos el tiempo suficiente, el estómago tendrá que esforzarse más para suplir el trabajo que no ha podido hacer la saliva. Eso implica que producirá más ácido, por lo que aumenta el riesgo de acidez y ardor.
Por otro lado, al comer despacio, siendo conscientes de masticar bien, nos damos cuenta de qué estamos comiendo y cuánto. La Navidad es una época de excesos, pero no siempre es apropiado sumar más calorías al organismo. Para evitar pasarnos, lo mejor es masticar sin prisas y estar en un entorno tranquilo.
Disminuir la cantidad de comida en el plato
Es preferible repetir a llenarnos el plato y comerlo todo, tenemos que pensar en todo lo que nos queda por delante y no comer con los ojos.
Evitar hablar mientras comemos
Es un consejo difícil de seguir en estas fiestas, ya que la conversación es parte indivisible de una celebración. Sin embargo, es importante para evitar tragar más aire del necesario en cada bocado. Por el mismo motivo también debe evitarse fumar durante las comidas.
No cenar muy tarde
Conforme se acerca la noche, las hormonas que se encargan de digerir los azúcares y los hidratos de carbono disminuyen. Eso implica que, si hacemos una gran cena muy tarde, el organismo tendrá más dificultades para digerirla, lo que puede desembocar en gases o indigestión. Lo ideal es dejar entre una hora y media o dos horas y media entre la cena y la hora de dormir.
Evitar ciertos alimentos
Algunos alimentos pueden provocar acidez, como el picante, la cebolla, los cítricos, el tomate, el alcohol, las bebidas con cafeína o gaseosas o las comidas fritas o con mucha grasa. No significa que no se deban tomar, pero sí debe hacerse con mesura.
Igualmente, para evitar las flatulencias es recomendable no abusar de los alimentos anteriormente comentados.
No tomar alimentos muy calientes
Ya que pueden irritar las paredes del estómago, es mejor esperar un poco a que se templen.
Vestir ropa holgada
La ropa ajustada y los cinturones apretados presionan la zona abdominal y pueden empeorar los problemas del estómago.
Caminar un poco después de las comidas
No es necesario que vayamos al gimnasio después de comer, pero una buena forma de quemar calorías y ayudar a la digestión es da un pequeño paseo después de las comidas.
Remedios naturales
Una forma natural y deliciosa de paliar las molestias de una comida copiosa es con una infusión digestiva. Algunas de las más efectivas son la manzanilla, el regaliz, el jengibre, la menta, el anís o el hinojo. Igualmente, el bicarbonato de sodio con limón antes de las comidas ayuda al funcionamiento del sistema digestivo, para facilitar la digestión y evitar los gases y la acidez. También es muy útil tomar alimentos que contengan probióticos, unos microorganismos que fortalecen el sistema inmunitario, restauran la flora intestinal y favorecen las digetión, como los yogures con bífidus.
Remedios farmacológicos
Si las molestias son muy incómodas, una opción fácil y rápida es con la ayuda de medicamentos sin receta. Para el ardor y la acidez hay diversos productos que se encargan de neutralizar el ácido del estómago o crean una barrera protectora para impedir el paso hacia el esófago. Otra opción son las sales de frutas, un remedio conocido por todos para aliviar los problemas estomacales. También hay suplementos alimenticios con probióticos. Por cierto, mucho ojo con utilizar protectores estomacales como el omeprazol pensando que nos va a ayudar en la digestión o nos va a evitar el dolor de tripa, su uso debe ser bajo prescripción médica ya que se utiliza contra las úlceras provocadas por los reflujos gástricos o la acidez estomacal. Si sufrimos alguno de los síntomas descritos anteriormente lo mejor es preguntar a nuestro médico o farmacéutico para que nos recomiende lo mejor que podemos tomar en cada caso.