Esta semana se ha celebrado el Día Mundial del Asma de la mano de la Organización Mundial de la Salud, con el objetivo de crear conciencia sobre esta enfermedad, aumentar su conocimiento y mejorar su cuidado en todo el mundo.
El asma es una enfermedad crónica que se caracteriza por la dificultad respiratoria, pitos en el pecho, sensación de opresión en el tórax y tos seca persistente. Los síntomas pueden sobrevenir varias veces al día o a la semana, y en algunas personas se agravan durante la actividad física o por la noche. La incidencia de dicha patología se ha incrementado en las últimas décadas y se estima que en España la padecen alrededor de tres millones de personas. Además, a menudo el asma no se diagnostica correctamente ni recibe el tratamiento adecuado, creando así una importante carga para los pacientes y sus familias, pudiendo limitar la actividad del paciente durante toda su vida. El asma es una enfermedad que puede aparecer en cualquier etapa de la vida. Sin embargo, es más frecuente en la infancia, pudiendo remitir, al menos temporalmente, al llegar a la adolescencia. Hasta ese momento es más frecuente en varones, pero a partir de los 45-50 años es más común en mujeres. Algunos medicamentos homeopáticos pueden ser de utilidad para ayudar a aliviar los síntomas del paciente asmático, y a modificar a largo plazo la respuesta exagerada de las vías respiratorias que caracteriza a la enfermedad. Por eso, la homeopatía puede ser una gran aliada en el tratamiento complementario de esta patología, ya que son medicamentos que en general no presentan efectos secundarios relevantes por lo que pueden ser utilizados por niños, embarazadas y pacientes polimedicados.