Gracias a esta estrategia, los pacientes podrán recibir cuanto antes el tratamiento más adecuado o ser derivados al especialista apropiado.
España incorporará a lo largo de 2014 una herramienta de control pionera, el Cuestionario Post-Ictus (Post-Stroke Checklist), desarrollada por la Organización Mundial del Ictus (WSO, en sus siglas en inglés).
Gracias a esta estrategia, los pacientes podrán recibir cuanto antes el tratamiento más adecuado o ser derivados al especialista apropiado. España se convierte así en el primero de toda Europa y el segundo del mundo, por detrás de Canadá, en establecerlo gracias a la colaboración entre la SERMEF y Allergan.
"Tenemos por tanto un gran reto que afrontar: el cuidado y la atención de cerca de 48.000 pacientes que quedan anualmente discapacitados, sobre todo, por problemas de parálisis, desequilibrio, trastornos del habla, déficit cognitivo y dolor", ha señalado la presidenta de la Sociedad Española de Rehabilitación y Medicina Física (SERMEF), la doctora Roser Garreta, con motivo del 52º Congreso de la SERMEF, que se está celebrando estos días en Bilbao. "Es la primera vez que se implantará en la sanidad española un protocolo de estas características, centrado en mejorar la discapacidad del paciente que ha sufrido un ictus, y que convierte al rehabilitador en la figura clave orientada a mejorar la calidad de vida del enfermo y del cuidador, sobre todo en los primeros 6 meses tras el ictus, que son fundamentales", ha señalado Garreta.
La presidenta de la SERMEF ha asegurado que, a partir de ahora, los pacientes serán valorados por el rehabilitador de una manera estrecha para prevenir o tratar a tiempo la aparición de las secuelas del ictus, y podrán recibir los cuidados más apropiados en función de sus necesidades. En España, entre 180.000 y 230.000 personas sufren espasticidad como consecuencia de haber padecido un ictus. La espasticidad consiste básicamente en el aumento de tono de uno o varios músculos que no son capaces de relajarse, lo que da lugar a posturas forzadas, un estado permanente de rigidez y espasmos musculares involuntarios que provocan dolor y dificultad para realizar actividades cotidianas, como caminar, vestirse, o comer.
La espasticidad severa aumenta significativamente los costes por asistencia necesaria, rehabilitación, cirugía y costes de hospitalización, "por lo que este cuestionario tiene como meta disminuir el enorme coste familiar, sanitario, social y laboral que conlleva el ictus, intentando minimizar el consumo de recursos asociados a la discapacidad. Todo ello con el objetivo fundamental de mejorar la calidad de vida del paciente, que es el leiv motive de la Rehabilitación como especialidad médica", concluye esta especialista.