Profesionales

Los profesionales de la salud en estrés moral

Elsa Bernaldo de Quirós | Miércoles 07 de enero de 2015
Las instituciones de salud, de acuerdo con sus políticas, normas, reglas y recursos, provocando en los profesionales de la salud una carga moral y emocional compleja, denominada estrés moral

Las profesiones de la salud, avanzan aceleradamente en el conocimiento científico y tecnológico, sin embargo como producto de estos desarrollos en el cuidado y atención del paciente se generan crisis en su identidad y su objeto de trabajo al tener que enfrentarse a desafíos éticos y morales, creados por las discrepancias que existen entre lo que saben que es lo correcto, en otras palabras, el deber ser y lo que es posible realizar en las instituciones de salud, de acuerdo con sus políticas, normas, reglas y recursos, provocando en los profesionales de la salud una carga moral y emocional compleja, denominada estrés moral.

Los problemas de salud cada día se hacen más complejos, surgen nuevas enfermedades, los diagnósticos y tratamientos exigen de mayor tecnología, las políticas públicas no son consideradas y los recursos económicos cada vez son más limitados para lograr atender las necesidades de los pacientes con calidad, con sentido humanista y en un contexto bioético, provocando en el profesional un estado de angustia o estrés moral.

Se ha observado que el estrés moral genera sentimientos negativos, que pueden llegar en algunos casos a causar un desequilibrio psicológico cuando la persona tiene que tomar decisiones considerando el aspecto ético, y cuando el clima institucional es limitante llegando incluso a presentar estrés laboral, que al ser persistente puede provocar un desgaste continuo en los profesionales, desarrollándose la sensación de no poder hacer frente a una situación, conocido como síndrome del trabajador desgastado o quemado (Síndrome de Burnout).

Uno de los factores más comunes de estrés moral es el clima ético de la organización, que incluye las condiciones organizacionales y prácticas relacionadas con el cuidado del paciente e incluyen las interacciones del médico y enfermera entre los colegas, interacciones con el paciente y su familia, con los administradores o supervisores, los médicos jefes o responsables del servicio o pacientes y la dirección del hospital

Los médicos y enfermer@s son los profesionales de la salud, que con mayor frecuencia son sometidos a una excesiva carga moral al tener que enfrentarse a situaciones como: insuficiencia de recursos materiales, tecnológicos y de medicamentos , decidir entre lo que las políticas y normas de las instituciones establecen y lo que el paciente necesita o desea), deficiente competencia del profesional, dificultades económicas de las familias para solventar los costos hospitalarios, la demanda de familiares de continuar el tratamiento, el enfrentarse a la muerte de los pacientes o el proceso en enfermos terminales y problemas con otros colegas del equipo de salud, jefes y administrativos, estas son solo algunas situaciones a las que se enfrentan los médicos y enfermeros en su práctica diaria.

Los profesionales de la salud que laboran en áreas como salas de urgencia, cuidado intensivo neonatal y del adulto, son los más susceptibles a presentar estrés moral, derivado de la toma de decisiones acerca de la sobrevida del paciente, de las posibles complicaciones incapacitantes y permanentes, del retiro del tratamiento para solo brindar medidas de confort y de los costos altos de las intervenciones diagnósticas y terapéuticas.

El personal de salud al estar expuesto continuamente a dilemas éticos, puede presentar síntomas físicos y emocionales, como insomnio, reducida realización profesional, agotamiento emocional, el profesional puede decidir rodearse de una coraza y volverse frío, alejado en el trato con el paciente para no involucrarse emocionalmente, afectando de esta forma a la institución, la calidad del cuidado del paciente, pero en mayor medida la salud mental de médicos y enfermeros.

Los profesionales de la salud ejercen su práctica médica y de enfermería bajo la legislación de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, la Ley Federal del Trabajo y la Ley del Seguro Social, las cuales establecen derechos y obligaciones hacia los trabajadores, sin embargo al hacer una revisión de las mismas, se observa que en ninguna de ellas se contempla al estrés moral, estrés psicológico y estrés laboral como enfermedades de riesgo profesional, las cuales pueden provocar incapacidad temporal o definitiva en médicos y enfermeros sin tener ninguna protección salarial y de servicios de salud.

La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos en el Artículo 123, determina que toda persona tiene derecho al trabajo digno y socialmente útil, además decreta que la duración de una jornada de trabajo máxima será de 8 horas y en jornada nocturna de 7 horas, sin embargo se observan situaciones como es el caso de los médicos en preparación, comúnmente llamados residentes, que deben cumplir jornadas de trabajo de más de 24 horas continuas, en donde el desgaste moral, psicológico y físico es constante.

Asimismo el personal de enfermería se enfrenta con frecuencia a situaciones como el doble turno que se presenta con el propósito de cubrir faltas o incapacidades del personal, así como suplir los bajos suelos percibidos por un trabajo profesional, lo cual provoca la presencia de estrés moral, que se fundamenta en la obligación de cumplir normas y reglas establecidas por las instituciones hospitalarias, el deber legal y ético por lo que el enfermero en su condición humana se ve limitado en la aplicación de cuidados y tratamientos requeridos, provocando un detrimento en su salud.

Por otra parte es frecuente, que por falta de personal en las instituciones hospitalarias, se desplace a los enfermeros e inclusive estudiantes de enfermería que tienen la necesidad de trabajar a departamentos o áreas en las cuales no cuentan con la experiencia necesaria para brindar un adecuado manejo de los pacientes provocándoles un alto índice de estrés moral.

El Artículo 513 de la Ley Federal del Trabajo adopta la Tabla de Enfermedades del Trabajo donde se incluyen patologías como enfermedades respiratorias, intoxicaciones por polvos y sustancias, dermatosis, oftalmopatías, neuritis, enfermedades infecciosas, deformaciones, cáncer, entre otras pero este artículo no incluye al estrés moral, psicológico y/o laboral como enfermedades que pueden ser provocadas por las áreas de trabajo.

La sección número 161 del citado artículo señala a las Neurosis como enfermedades que se pueden presentar en el trabajo, sin embargo solo menciona los casos de pilotos aviadores, telefonistas y otras actividades similares, sin mencionar a trabajadores de la salud o situaciones de presencia de estrés moral.

En cuanto a la Ley del Seguro Social que tiene por finalidad garantizar el derecho a la salud, la asistencia médica, la protección de los medios de subsistencia y los servicios sociales necesarios para el bienestar individual y colectivo, en su Capítulo III, Artículo 43 determina como enfermedad de trabajo, todo estado patológico derivado de la acción continuada de una causa que tenga su origen en el trabajo o en el medio en que el trabajador se vea obligado a prestar sus servicios, pero al supeditarse las enfermedades de trabajo a las que se contemplan en la Ley Federal del Trabajo, se observa que existe una nula protección para los profesionales de la salud que se exponen con cierta frecuencia a diversos dilemas éticos.

Se concluye que la actual legislación en México presenta vacíos o lagunas, ya que no mencionan como riesgo de trabajo el estrés moral a que son sometidos médicos y enfermeras en algunas áreas hospitalarias como salas de urgencias, cuidado intensivo neonatal, pediátrico y del adulto entre otras, por lo que se percibe una falta de protección legal en profesionales de la salud de estas áreas.

Las situaciones donde se presentan conflictos éticos, no son exclusivos de los médicos y los enfermeros, en todos los trabajos y profesiones se pueden presentar escenarios en los que se tiene que afrontar diversos dilemas éticos, en el que se conoce la acción correcta que se debe tomar, pero se limita su capacidad de hacerlo por diversas circunstancias, siendo la más importante el clima ético de la organización.

Por lo anterior se propone a las autoridades competentes revisen y realicen ajustes a las leyes vigentes, con el fin de proteger a los trabajadores y profesionales que se enfrentan frecuentemente a disyuntivas que les pueden producir patologías incapacitantes de forma temporal e inclusive de forma definitiva o que provoquen que el médico o la enfermera abandonen la profesión. Por lo que es necesario que exista congruencia en las instituciones, que den soporte externo y que fomenten la cohesión interna, en otras palabras que aseguren un adecuado clima ético que contribuya a evitar el estrés moral en los trabajadores de la salud.

Asimismo algunos conflictos podrían ser atenuados o resueltos, si en las instituciones u organizaciones se contara con normativas claras y con regulaciones bioéticas ya establecidas , que le apoyaran al trabajador o profesional en la toma de decisiones sin provocarle altos índices de estrés moral, que al presentarse en forma repetitiva forma un residuo moral que es acumulativo y provoca emociones o sentimientos negativos que afectan la mente y al organismo como respuesta a situaciones de conflicto ético, porque reconoce su responsabilidad moral y hace juicios acerca de la acción correcta, sin embargo decide en forma equivocada, bajo reglas morales erróneas y esto le ocasiona problemas físicos y psicológicos.

Es prioritario que los legisladores y las instituciones consideren y atiendan a las situaciones señaladas anteriormente y que causan estrés moral, con el fin de proteger la salud física y mental de los trabajadores. Es frecuente que se mencionen y protejan los derechos de los pacientes y las obligaciones hacia ellos, sin embargo suelen olvidarse los derechos de los profesionales de la salud por lo que es de gran relevancia el que se señale y se considere en la legislación al estrés moral, psicológico y laboral como una patología que puede provocar incapacidad temporal e inclusive definitiva por lo que debería considerarse un riesgo de trabajo.

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