Elsa Bernaldo de Quirós | Domingo 15 de marzo de 2015
“Existen algunos hábitos o consejos que, incorporados al día a día, pueden ayudar a aliviar los dolores y la sintomatología inherente a la IVC, permitiendo, de esta manera, llevar una vida más plena y saludable y ganando en calidad de vida”, recuerda el experto de Cinfa, Eduardo González Zorzano.
- Evitar permanecer de pie, quieto o sentado largos periodos de tiempo. Cuando por motivos de trabajo o viajes largos en coche, avión o autobús, se deba permanecer mucho tiempo sentado, se recomienda no cruzar las piernas y utilizar un reposapiés. Tanto si se está sentado o de pie durante largos periodos, hay que mover frecuentemente los pies y las piernas y dar breves paseos.
- Piernas arriba. Para mejorar el funcionamiento de las venas y tras largos periodos sentados o de pie, se aconseja tumbarse y elevar las piernas por encima del nivel del corazón.
- Utilizar medias terapéuticas. El médico o farmacéutico valorará el grado de compresión y talla más adecuados para cada persona.
- Seguir una dieta equilibrada y baja en sal. Tanto el sobrepeso como el estreñimiento pueden afectar a la circulación. Para prevenirlos, es clave una dieta rica en fibra, frutas, verduras y cereales; así como reducir al mínimo el consumo de sal para retener menos líquidos.
- Hidratación, por dentro y por fuera. Se debe beber entre 1,5 ó 2 litros de agua diariamente. Además, es recomendable hidratar también la epidermis con productos especializados (cremas, etc.) para mantener la piel elástica y activar la circulación sanguínea de estas zonas.
- El deporte, fundamental. Es recomendable la práctica de ejercicio físico moderado de manera regular. Deportes como la natación o caminar diariamente, incluso el baile, la gimnasia y la bici, ayudan a activar la circulación sanguínea. Existen también rutinas de ejercicios sencillos indicados específicamente para la IVC.
- Tras la jornada, activar el riego con una ducha y un masaje. Al finalizar la ducha diaria, aplicaremos agua fría a las pantorrillas en sentido ascendente para aliviar la sensación de pesadez. También ayudan los masajes con geles fríos, desde el pie a la rodilla en sentido ascendente, para activar el retorno sanguíneo.
- El calzado y la ropa, mejor amplios. Las prendas de ropa muy ajustadas no son aconsejables, ya que pueden dificultar el retorno venoso desde las piernas al corazón. Igualmente, es preferible el uso de calzado ancho y cómodo, sin un tacón excesivo.
- Evitar el calor. Dado que las altas temperaturas favorecen la dilatación de las venas, es importante evitar las fuentes de calor dirigidas directamente a las piernas: no se debe tomar el sol en las piernas de manera prolongada, ni depilarse con cera caliente, o utilizar braseros o saunas.
- Consultar con el profesional sanitario: El médico, o farmacéutico puede orientar acerca de complementos alimenticios, geles para piernas cansadas y medicamentos específicos para favorecer el retorno venoso.