El agua, el sol y las altas temperaturas son fuente de diversión, pero también de riesgos. La humedad, unida al calor, incrementa la posibilidad de contraer algunas dolencias como hongos en los pies o cistitis.
Llega el calor y da comienzo la temporada de playas y piscinas en nuestro país: niños, jóvenes y mayores ya disfrutan de jornadas de diversión y frescor en las costas o en las piscinas privadas y comunitarias. Sin embargo, conviene tener en cuenta una serie de recomendaciones para disfrutar de forma segura de este tipo de recintos. Como advierte la Dra. Aurora Garre, experta médica de Laboratorios Cinfa, “las piscinas y playas suelen ser lugares concurridos, en ocasiones repletos de gente, donde se juntan además ingredientes como el agua, el sol y las altas temperaturas. Esta combinación puede llegar a ser explosiva”.
Así, la humedad incrementa la probabilidad de contraer algunas dolencias como el pie de atleta -los conocidos hongos-, sobre todo cuando se camina descalzo por las instalaciones comunes, o de desarrollar cistitis o infecciones del tracto urinario, sobre todo en el caso de las mujeres. “Para evitar esta última, es fundamental no permanecer con el bañador húmedo tras el baño. Por otra parte, se debe caminar siempre con las chanclas puestas, porque el hongo que produce el pie de atleta, muy contagioso, es proclive a desarrollarse en los ambientes húmedos y cálidos”, recomienda la Dra. Garre.
Sin abusar del sol
La exposición al sol constituye otro de los riesgos de las horas de asueto que pasamos en los días de verano. “La incidencia del cáncer de piel continúa creciendo de manera alarmante en nuestro país, debido a la manera abusiva en que se toma el sol –advierte la experta de Cinfa-. Conviene, por tanto, respetar las recomendaciones habituales como evitar la exposición en las horas centrales del día, protegernos con sombrillas, sombreros y gafas de sol y, sobre todo, aplicarnos protección solar con un factor suficiente, nunca inferior a 30”.
También a la hora del baño se deben tomar algunas precauciones: desde introducirse poco a poco en el agua para evitar los cortes de digestión, o evitar zambullirse de cabeza en zonas poco profundas para evitar los accidentes. “No olvidemos que la diversión también implica prudencia: merece la pena tener en cuenta unas mínimas recomendaciones para disfrutar de una manera totalmente segura de nuestros días de verano”, asevera la doctora.
Decálogo de consejos para unas vacaciones saludables
1. Siempre hidratados. Al preparar el bolso de la piscina o la playa, la botella de agua es imprescindible tanto para refrescarnos como para mantener nuestro organismo hidratado y evitar golpes de calor. Tampoco puede faltar una pieza de fruta, que podemos tomar para almorzar o merendar, ya que los antioxidantes que contiene refuerzan las defensas naturales de nuestra piel frente a las agresiones del sol.
2. Evita la exposición solar en las horas centrales del día. Los rayos solares son más perjudiciales entre las doce de la mañana y las cuatro de la tarde. Si no puedes evitar la exposición, cobíjate bajo una sombrilla o un árbol.
3. Usa fotoprotectores frente a la radiación UVA, UVB e IR-A. Dependiendo de tu fenotipo, debes aplicarte un fotoprotector de uno u otro factor, pero nunca inferior a 30. Póntelo media hora antes de exponerte al sol y reaplícalo cada dos horas y tras el baño. Elige, además, bálsamos labiales y maquillaje con filtros solares.
4. Ponte sombrero y gafas de sol. El sombrero, gorra o pañuelo protegerá tu cabeza, y las gafas de sol evitarán daños oculares. Deben contar con una protección del 100% frente a los rayos UV, así como el certificado de haber superado todos los controles de la Unión Europea.
5. Pies a cubierto. No camines descalzo por las instalaciones comunes o paseos marítimos, y usa siempre sandalias, chancletas o escarpines, especialmente en vestuarios, duchas y saunas.
6. No compartas tus objetos personales. No olvides que el hongo que provoca el pie de atleta se contagia fácilmente de una persona a otra, por lo que no debes compartir las toallas ni ningún tipo de calzado. Tampoco el bañador, que puede ser fuente de otras infecciones.
7. Pies a cubierto. No camines descalzo por las instalaciones comunes o paseos marítimos, y usa siempre sandalias, chancletas o escarpines, especialmente en vestuarios, duchas y saunas.
8. No compartas tus objetos personales. No olvides que el hongo que provoca el pie de atleta se contagia fácilmente de una persona a otra, por lo que no debes compartir las toallas ni ningún tipo de calzado. Tampoco el bañador, que puede ser fuente de otras infecciones.
9. La humedad no es buena compañía. La humedad que permanece en la ropa tras el baño favorece el crecimiento de las bacterias que provocan la cistitis, por lo que debemos cambiarnos el bañador o al menos desprendernos cuanto antes de ella, secándolo bien.
10. Al agua, poco a poco. A la hora del baño, métete en el agua poco a poco, para permitir a tu organismo acostumbrarse paulatinamente a la temperatura del agua cuando esta está muy fría y evitar los famosos cortes de digestión.
11. Mejor, con cabeza. Si no estás seguro de que esa zona de la piscina o del mar cuente con la profundidad suficiente, no te zambullas de cabeza o con acrobacias, pues corres el riesgo de sufrir un grave traumatismo. Tampoco permitas que los niños y adolescentes jueguen junto al borde o en zonas de acantilados o rocas. Y presta atención al color de las banderas en la playa. repelente y ponte encima alguna prenda de ropa. Y para evitar las picaduras de medusas, permanece fuera del agua si estas se encuentran cerca de la playa donde estás, y sobre todo, no las toques aunque estén en la orilla y parezcan muertas.
12. Cuidado con mosquitos y medusas. A menudo, las jornadas veraniegas se alargan hasta el atardecer, momento en que los mosquitos hacen su aparición y se vuelven más agresivos. En este momento, aplícate