Un grupo de investigadores ha conseguido detectar el grupo de neuronas responsable del dolor para poder controlar su funcionamiento mediante pulsos de luz de LED gracias a un implante cerebral flexible. ¿Se acabó el sufrir?
Este implante flexible podría revelar el origen de la sensación del dolor, llegando a aliviarlo gracias a pulsos de luz que incorpora este microLED, de tacto suave y flexible, a través de una tecnología inventada ya hace más de diez años y conocida como “optogenética”.
Ésta ha sido recientemente testada en ratones para demostrar la posibilidad de manipular varios circuitos neuronales de los que se sabe que participan en los mecanismos de la percepción dolor.
Aunque se trata de una técnica experimental para el tratamiento sintomático del dolor, se requiere la modificación del ADN de las neuronas responsables para conseguir que se activen o desactiven a voluntad. Para ello, se utiliza la mencionada técnica de pulsos de luz LED que lleva incorporado el implante.
¿Y los efectos secundarios?
El grupo de investigadores liderado por John Rogers y Robert Gereau ha demostrado que los implantes se pueden llevar durante largos periodos de tiempo sin limitar la función motora ni generar daños significativos en los tejidos neuronales.
La optogenética nos está permitiendo entender cómo trabajan los diferentes grupos de neuronas interconectadas para llevar a cabo determinadas funciones concretas del cuerpo humano.
A pesar de este gran avance, las técnicas actuales limitan su uso a zonas localizadas del sistema nervioso próximas a partes resistentes del esqueleto humano como huesos o el cráneo, con el fin de fijar de forma sólida la fuente de luz externa proporcionada por un cable de fibra óptica.
Ante la posibilidad de activarlo de forma inalámbrica, se prescindiría también de los inconvenientes de la optogenética con fuentes de luz externas, pues este dispositivo cuenta con una antena diminuta y flexible que capta energía de las señales de radiofrecuencia para alimentar el implante.
Las pruebas llevadas a cabo en ratones, bien en la región epidural de la médula espinal o bien por encima del nervio ciático, han permitido detectar el grupo de neuronas responsables de los comportamientos asociados con el dolor crónico, y a su vez, la posibilidad de transformarlas en fotosensibles para su activación y desactivación por pulsos del luz LED.
Gracias a estos datos, los investigadores esperan entender con mayor precisión el mecanismo que hace que las neuronas del sistema nerviosos periférico y la médula espinal activen la percepción del dolor, con el fin de establecer nuevas terapias que utilicen la optogenética para reducir las molestias del dolor crónico en los pacientes.
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