Desayunos equilibrados

El organismo quema las reservas de energía que posee para afrontar la actividad diaria, lo que altera el normal funcionamiento del organismo. El cansancio, falta de concentración y mal humor, puede afectar en los más jovenes a su aprendizaje y a su rendimiento escolar. Así, un desayuno equilibrado aporta los hidratos de carbono, la fibra, las vitaminas y los minerales que precisa el cuerpo para la primera parte de la jornada. También aumenta la concentración, la memoria y el rendimiento físico y da alegría y buen humor. Además, si cada mañana se dedican 15 minutos al desayuno, se ayuda a controlar el peso, en contraposición a la creencia popular de que no desayunar contribuye a perder los kilos que sobran.

Lácteos, frutas y farináceos

Un desayuno adecuado tiene que suponer entre el 20% y el 25% de las calorías ingeridas a lo largo del día. Y para que sea equilibrado y proporcione gran cantidad de proteínas y energía, debe incluir alimentos de al menos tres grupos (lácteos, frutas y farináceos). Solo de forma ocasional y en cantidades moderadas, pueden introducirse derivados cárnicos (jamón, fiambres poco grasos, etc.), bollería y otros productos (miel, mermelada, mantequilla, margarina, etc.), ya que tienen un alto contenido en grasa, grasa saturada y sal. Sin embargo, para que de verdad sea un desayuno sano y completo, los productos que lo compongan tienen que ser nutricionalmente saludables. Es decir, deben ser alimentos sin grasas vegetales parcialmente hidrogenadas, sin azúcares añadidos y que aporten fibra.

Alimentos para un buen desayuno

• Lácteos: destacan alimentos como la leche, los quesos, el yogur o la cuajada. También podemos añadir margarina o mantequilla, aunque siempre de forma moderada y no todos los días. Como sabes, los lácteos aportan proteínas y vitaminas (A, D y B2), además de minerales como el calcio o el fósforo.
• Farináceos: destaca el pan en todas sus versiones (normal, integral, tostado…), así como los cereales de desayuno. Puedes añadir bollería (como la magdalena o un croissant), o galletas, pero no diariamente y siempre con moderación. Los farináceos son alimentos indispensables en el desayuno, ya que son ricos en hidratos de carbono que, una vez consumidos, nuestro organismo transforma en glucosa.
• Frutas: no existiría nunca un buen desayuno sano y nutritivo si le faltaran frutas. Son alimentos fundamentales dentro de una alimentación sana y equilibrada. Pueden ser enteras o en compotas, y también en zumo. Aportan los nutrientes que nuestro organismo necesita, como fibra, vitaminas y minerales.