Las molestias propias de estas afecciones provocan que casi la mitad de los encuestados (48,6%) se vea obligada a reducir su ritmo de vida
El “III Estudio CinfaSalud” sobre “Percepción y hábitos de la población española en torno al resfriado y la gripe”, elaborado por Cinfa el pasado año con el aval de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN).
La investigación se basó en un cuestionario online sobre una muestra representativa de más de 3.000 mujeres y hombres de nuestro país, de entre 18 y 64 años. Este análisis confirma que el resfriado y la gripe constituyen dos de las enfermedades infecciosas más comunes en los hogares españoles. De hecho, uno de cada cinco españoles (20,6%) asegura padecerlas tres o más veces al año.
En estas fechas invernales y en los cambios estacionales es cuando la población afirma resfriarse con mayor frecuencia (40,6% y 26,8% respectivamente). Concretamente, las principales causas por las que los españoles creen contraer resfriado o gripe son: los cambios bruscos de temperatura (57,5%), por contagio en el entorno familiar (32,9%) o laboral (20,7%) y por tener las defensas del organismo bajas (23,1%).
“En los meses de frío se produce un claro aumento de estas patologías, principalmente por tres razones: porque la capacidad defensiva de la mucosa de las vías respiratorias desciende, porque se dan las condiciones de humedad y baja temperatura propicias para la supervivencia de estos virus y, por último, porque pasamos más tiempo en espacios cerrados, lo que favorece su propagación”, explica Eduardo González Zorzano, experto del Departamento Médico de Cinfa.
La mitad de los españoles tiene que parar su actividad cotidiana por la gripe y el resfriado.
Si bien es cierto que las molestias propias de este tipo de enfermedades no son graves, en muchos casos resultan tan intensas que acaban alterando la vida diaria de quien las padece y repercuten en su actividad laboral y social. Así lo afirma la mitad de los españoles encuestados (48,6%), que reconoce que los síntomas del resfriado o la gripe les impiden continuar con su ritmo cotidiano, si bien siguen acudiendo a trabajar. Así mismo, un 3,4% ni siquiera asiste al trabajo.
En este sentido, los síntomas más frecuentes que presentan los españoles son mucosidad nasal (93,8%), nariz tapada (92,2%), estornudos (85,2%), cansancio (81,1%) y dolor de garganta (78,7%) y de cabeza (71,5%). Sin embargo, los más molestos e invalidantes son, principalmente, las náuseas y los vómitos, la nariz tapada y la sinusitis.
Según los expertos, la mejor opción para evitar o reducir las probabilidades de contraer resfriado o gripe es la prevención. Entre las precauciones que más adoptan los españoles para prevenir estas patologías destacan: combatir el frío (60,8%), aumentar la ingesta de frutas y verduras para mejorar las defensas (53,7%) y evitar los cambios bruscos de temperatura (53,5%). “Los ciudadanos son cada día más conscientes de la importancia de cuidar su salud de manera integral: no sólo tratando la enfermedad, sino también desde la prevención”, afirma González Zorzano.
Uno de cada cinco españoles se automedica con antibióticos
De acuerdo con los datos del estudio, a la hora de tratar estas enfermedades, más de la mitad de los encuestados sólo toma algún tipo de medicamento cuando se encuentra mal (54,1%), si bien uno de cada cuatro (24,5%) los toma por sistema siempre que se contagia. Los medicamentos más utilizados en el caso de la gripe son el ibuprofeno (45,4%) y los antigripales (43,4%), mientras que en el caso de los resfriados, la mayoría recurre al paracetamol (52,9%) y un 32,5% opta por el ibuprofeno.
Llama la atención que el 18,5% del total de los encuestados confiese utilizar antibióticos sin la indicación de un profesional sanitario, porque les han funcionado en otras ocasiones o porque los tienen en casa. “Se trata de una práctica completamente errónea, ya que los antibióticos no sirven para tratar estas infecciones, de carácter vírico y no bacteriano”, señala González Zorzano. “Además, el hecho de utilizarlos sin indicación médica, de manera incorrecta y con cierta frecuencia hace que nuestro organismo se haga resistente a ellos. Como consecuencia, cuando realmente los necesitemos para tratar alguna enfermedad, podrían no tener ningún efecto”, añade.
Diferencias entre resfriado y gripe
Cada vez hay mayor concienciación a la hora de diferenciar ambas afecciones. Así, hasta 9 de cada 10 encuestados (92,2%) aseguran que saben reconocer y diferenciar ambas patologías en función de sus síntomas, aunque casi un 8% todavía las confunde.
En este sentido el 69,9% de los encuestados considera acertadamente que la fiebre alta es el síntoma clave que diferencia una gripe de un resfriado. A este, le siguen otros síntomas distintivos como el dolor muscular (38,9%), la sensación de cansancio (31,4%) y los escalofríos (17,6%), que se padecen solamente en un proceso gripal. “La principal diferencia que podemos detectar es que los resfriados cursan sin producir fiebre alta, mientras que en los procesos gripales es normal la aparición de episodios febriles, que llegan incluso a oscilar entre los 38ºC y 40ºC, y que pueden dar origen a situaciones de mayor gravedad”, aclara el experto del Departamento Médico de Cinfa.
Decálogo para prevenir y aliviar los síntomas de resfriado y gripe:
- Descansar lo máximo posible. Dormir las horas necesarias permite que el organismo recupere fuerzas, especialmente si se presenta fiebre.
- Ser precavidos con el frío y la humedad. Dado que los virus que causan la gripe y el resfriado prefieren las bajas temperaturas y la humedad, hay que evitar estos ambientes, así como los cambios bruscos de temperatura y las bebidas excesivamente frías.
- Lavarse las manos con frecuencia. Debe hacerse con agua y jabón durante al menos quince segundos, prestando especial atención a la zona entre los dedos y debajo de las uñas. Además, conviene utilizar productos antibacterianos para limpiar las superficies de la casa.
- Incluir vitaminas y minerales en la dieta. Las frutas y verduras son fuentes de vitaminas y minerales que ayudan a desarrollar defensas, por lo que potenciarlas en la alimentación facilitará la recuperación.
- Beber gran cantidad de líquidos. Estos ayudan a eliminar la mucosidad, previenen la deshidratación y alivian el dolor de garganta. Por ejemplo, se pueden tomar en abundancia agua, zumos y sopas no demasiado calientes. Se deben evitar, en cambio, las bebidas alcohólicas.
- Dejar de fumar y evitar los ambientes con humo. El tabaco irrita todavía más la garganta y las mucosas.
- Realizar aspiraciones de agua con sal o vahos de eucalipto para aliviar la congestión. En el caso de niños pequeños, se recomienda el lavado nasal con suero fisiológico quince minutos antes de las comidas y antes de ir a dormir. De esta manera, podrán descansar mejor.
- Hacer gárgaras con agua caliente con limón y miel. Su acción emulgente calma el dolor de garganta. A pesar de la creencia popular, es preferible emplear agua frente a la leche con miel, ya que los lácteos pueden aumentar la mucosidad.
- Consultar al profesional sanitario y evitar la automedicación. Es indispensable contar con el asesoramiento del farmacéutico o del médico a la hora de recurrir a antigripales, descongestivos o analgésicos que alivien los síntomas de estas afecciones.
- No recurrir a los antibióticos. Además de que no son efectivos contra el catarro y la gripe, ya que estos están causado por virus y no por bacterias, utilizarlos de manera incorrecta o frecuente puede hacer que el organismo se haga resistente a ellos.