Utilizando diferentes recursos, a los participantes se les ha limitado las articulaciones con el objetivo de que sientan qué efectos provoca la artritis. Los voluntarios que han participado están vinculados con las diferentes terapias que se utilizan para el tratamiento de esta enfermedad crónica.
Una vez finalizada la campaña “Octubre, mes de la artritis y de la espondiloartritis”, la Coordinadora Nacional de Artritis (ConArtritis) continúa con su labor de concienciación y divulgación con la presentación de “Un día con artritis”. Esta campaña parte con el objetivo de trasladar lo que pueden llegar a sentir las personas que padecen esta enfermedad, tanto a los diferentes profesionales que se encargan de su cuidado, así como a la población que aún desconoce sus efectos.
Para poder simular algunos de los sentimientos y dificultades que genera la artritis reumatoide, la artritis psoriásica, la artritis idiopática juvenil o la espondiloartritis, y mostrarlo al público, se han grabado diferentes vídeos con personas que no padecen estas patologías. A los voluntarios se les ha colocado limitadores de movimiento en las articulaciones que más sufren los efectos de la artritis, como son las muñecas, las falanges, los codos y las rodillas, y se les ha pedido que realicen acciones de su vida cotidiana. En esta situación los participantes han experimentado la falta de movimiento, la rigidez, e incluso el dolor que provocan dichas patologías autoinmunes.
En la piel de una persona con artritis
Quien padece una enfermedad crónica, como es alguna de las artritis, sufre sus efectos las 24 horas del día, los 365 días del año. Por esta razón ConArtritis ha grabado nueve “días con artritis” en los que se recogen situaciones habituales y sencillas para cualquier persona, pero que no lo son tanto para quienes tienen esta enfermedad.
Y quién mejor para experimentarlo que los profesionales vinculados con la atención de las personas con artritis, en concreto han sido psicólogos, terapeutas ocupacionales, investigadores y personal de varias empresas farmacéuticas quienes se han prestado como voluntarios para vivir “Un día con artritis”.
A ellos se les ha podido grabar en su puesto de trabajo, en la hora del aseo matutino, tomando un café, o yendo de compras, para así reflejar cómo esta enfermedad está presente a cualquier hora del día.
“Imposible, cómo voy a poder escribir con el ordenador si ni puedo mover la mano” o “no pensaba que esta enfermedad podría limitar tanto” o “vivir así me crearía mucha ansiedad y frustración”, son algunos de los comentarios que se han escuchado durante los días de grabación.