Cinco consejos para ayudar en la atención psicológica de los niños hospitalizados
La Fundación Jaime Alonso Abruña, dedicada la mejora de la calidad de vida de los niños hospitalizados bajo el lema “cada niño importa”, comparte cinco útiles consejos para las familias que afrontan la hospitalización de uno de los pequeños de la casa.
El paso de un niño enfermo por el hospital es una experiencia dura y pueden aparecer contratiempos para los que ni el niño ni la familia están preparados. El aislamiento, la ausencia de objetos y espacios familiares y el dolor físico pueden provocar en los pacientes emociones como ansiedad, angustia o miedo. Cuando éstos sentimientos aparecen deben ser atendidos con el mismo interés y rapidez que la propia causa de la hospitalización.
La Fundación Jaime Alonso Abruña, organización sin ánimo de lucro especializada en la atención y cuidado de los niños hospitalizados, tiene como objetivo concienciar sobre la importancia que tiene el tratamiento psicológico en la evolución del tratamiento de los menores hospitalizados.
Sin duda, las familias y seres queridos de estos niños tienen un papel fundamental en la atención psicológica, ya que son percibidos como un refugio por los más pequeños. Para ello, la Fundación JAA da cinco consejos para las familias de los niños hospitalizados:
1. La comunicación: los niños son los protagonistas de su hospitalización, por lo que es importante que no se sientan ajenos a la situación. Se les debe hacer partícipes, explicándoles la situación en un lenguaje que puedan entender.
Hablemos en su idioma, pero hablemos con ellos. En muchas ocasiones, las familias no son sinceras con los niños y cuando sus promesas no se cumplen, los niños se sienten engañados y frustrados.
2. Toma conjunta de decisiones: una vez existe una comunicación fluida con el niño, el siguiente paso es incluirle en la toma de decisiones. No precisamente sobre su tratamiento – que correrá a cuenta del médico- sino sobre sus rutinas o la decoración de su estancia. A veces, las decisiones que a los mayores nos parecen obvias no lo son para ellos y su opinión es la más importante.
3. Los familiares también necesitan apoyo psicológico: Cuando un niño ingresa en el hospital, se convierte en el centro del universo para sus familiares. Aunque el apoyo de la familia es fundamental para su evolución, nos podemos olvidar que si la familia no está en unas condiciones psicológicas óptimas, las consecuencias recaerán directamente sobre el menor. Por eso es importante pedir ayuda psicológica como familiares.
4. Descansar es necesario: Uno de los factores que más provocan estrés en las familias dentro de los hospitales es la falta de descanso. Creemos que somos invencibles y no es así. La calidad del tiempo que pasamos con nuestros pequeños en el hospital es esencial para ellos y empeora si no descansamos lo suficiente: estamos más estresados, más sensibles y mucho más irascibles, algo que no beneficia en absoluto a los que tenemos alrededor.
5. La actitud se contagia y las sonrisas tienen superpoderes: Tener una actitud positiva frente a los acontecimientos marcará el transcurso de los mismos. Esto es una realidad y es una parte fundamental de nuestro papel como acompañantes de los pequeños. Si conseguimos llenarnos de energía positiva podemos influir en ellos y en su actitud frente a la enfermedad, algo que sin ninguna duda determinará la evolución del menor.