La crisis sanitaria que estamos padeciendo como consecuencia de la pandemia del COVID-19 evidencia con crudeza asuntos relacionados con la consideración y atención a las personas en situación de fragilidad, discapacidad y dependencia, se trata de realidades que, sin ser nuevas, de hecho vienen siendo objeto de debate y denuncia hace tiempo, se hacen visibles ahora, ante la dureza de las situaciones que estamos viviendo.
Noticias que nos conmueven ante la elevada tasa de mortalidad por COVID-19 de residentes en Residencias de Mayores tanto en Navarra como en el conjunto del Estado, más de la mitad de las personas fallecidas son mayores de 60 años, una situación dramática.
La Coordinadora de Mayores Frente a la Crisis de Navarra somos conscientes de las dificultades que están sufriendo el personal sanitario y las administraciones públicas para afrontar esta pandemia y, los efectos devastadores que está teniendo en las personas más vulnerables.
Por ello, entendemos que ahora es momento de arrimar el hombro, de moderar nuestra “tormenta de emociones”, de postergar críticas catastrofistas o interesadas, para así contribuir, todos juntos como ya lo está haciendo de forma ejemplar toda la ciudadanía, a apoyar las medidas decretadas de los Gobiernos de Navarra y de España, medidas pensadas exclusivamente en salvar vidas y en minimizar los impactos negativos de todo esto y, que las conclusiones deben llegar luego, de la mano de datos fiables que nos permitan comparar situaciones, actuaciones y resultados.
No obstante, esta crisis está contribuyendo a que afloren carencias importantes en nuestro actual sistema de cuidados. También está evidenciando riesgos futuros en torno a cómo conjugar valores que deben estar equilibrados en el cuidado, como la salud y la libertad de las personas. Será, por tanto, imprescindible que, una vez superado este episodio, abramos un debate sereno que conduzca a una revisión en profundidad del actual sistema de cuidados en Navarra, contemplando sus fortalezas, pero sin obviar o restar importancia a sus carencias, ahora más que nunca visibles, y así poder afrontar con valentía y decisión los principales retos pendientes.
La enorme discriminación que están sufriendo las personas mayores en esta crisis sanitaria, necesitan profundos cambios legislativos y se requieren muchos más recursos públicos para que, tanto la Atención a la Dependencia y la atención de las personas residentes en Centros de mayores se atienda dignamente y se dé a todos los que la necesiten, independientemente de su situación económica. Esta grave crisis pone de manifiesto que no puede prevalecer el tejido industrial sobre el tejido humano
La atención a las personas mayores es un derecho de la Ciudadanía y una responsabilidad de nuestras instituciones democráticas y, como tal derecho público, debe ser atendida, financiada y garantizada por servicios públicos a través de una justa y progresiva recaudación fiscal.
Para mejorar las pensiones públicas tuvimos que realizar grandes movilizaciones, volveremos a las calles para defender con más fuerza una sanidad pública universal, reforzar y dotar de recursos suficientes la ley de atención a la Dependencia, los servicios sociales y las atenciones en las Residencias de mayores, donde la escasez de profesionales y el empleo precario no garantiza los cuidados y la calidad suficiente de este servicio.
El pasado mes de enero la Coordinadora de Mayores Frente a la Crisis trasladamos al Gobierno de Navarra y a la sociedad nuestras demandas para atender estas necesidades consistentes en:
Recursos suficientes en los Presupuestos Generales de Navarra, mejorando la distribución territorial de dichos recursos; que el Copago será según el nivel de renta de las personas beneficiarias de las prestaciones; aumento de las plazas concertadas en Residencias y Centros de Día; ampliación de las nuevas ayudas para la contratación de cuidadores profesionales y los diferentes Servicios de Apoyo; reformular y mejorar el Servicio de Atención a Domicilio adecuándolo a las necesidades de las personas que optan por mantenerse en su entorno, la ayuda a domicilio tiene que ser considerada como un servicio esencial; seguimiento.
Control en los Centros Residenciales sobre los diferentes programas de atención y cuidado a las personas dependientes, incluidos los ratios de personal y todos los aspectos que figuran en los convenios suscritos con la Administración, para garantizar una atención efectiva, la calidad de los servicios y unas condiciones laborales justas y dignas para los y las trabajadoras de los centros y servicios que atienden a personas en situación de Dependencia, estableciendo para ello un Convenio Colectivo del sector; promover nuevos modelos de viviendas y apoyar aquellas iniciativas que surgen como alternativas a los modelos hoy existentes.
Queremos alertar sobre la fiebre inversora de grandes empresas y fondos extranjeros en el campo del cuidado de Mayores que, unido a la larga lista de recortes realizados en años anteriores ha dado como resultado los efectos devastadores que actualmente estamos viviendo con la pandemia.
Desde todos los sectores, usuarios, trabajadores, organizaciones sociales y en particular la Administración tenemos que velar porque el dinero público responda a los criterios y normas establecidos y no esté dirigido por los intereses que marque el mercado. Este es uno de los mayores retos, la calidad de los servicios, un derecho y una aspiración de los usuarios y usuarias.
Todas las personas necesitan, necesitamos, cualquiera que sea nuestra edad o condición, respeto, un trato digno y de igualdad con el resto de la ciudadanía. Consideramos por todo ello, que es necesario la urgente revisión del actual modelo de atención a personas mayores que precisan apoyos o cuidados para disfrutar de una vida plena. Insistimos en que cuando pase todo esto deberemos reflexionar como sociedad por qué no han funcionado los sistemas para proteger a nuestra generación, a nuestros ancianos y, exigiremos que estas medidas se cumplan para mejorar y proteger al conjunto de las personas mayores y dependientes.
Reconocemos y valoramos el esfuerzo heroico que en esta crisis están realizando los trabajadores y profesionales de las Residencias de mayores y de los Hospitales cuidando a los enfermos, en muchos casos sin medios de protección y pagando el precio de un gran número de infectados, igual reconocimiento para las y los trabajadores de los sectores esenciales.
Finalmente, queremos solidarizarnos con los familiares y amigos de todas las víctimas de esta pandemia.
Organizaciones de la Coordinadora de Mayores Frente a la Crisis de Navarra:
Asociación de Mayores Lacarra, Amona, Anapen, Anapp, Federación de Pensionistas de CCOO, Unión de Jubilados y Pensionistas de UGT.