La actividad cuenta con el apoyo y el reconocimiento (está declarada de interés sanitario) por el Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social, y tiene como objetivos principales:
Mostrar a las administraciones públicas el clima social favorable a regular más estrictamente los aspectos relacionados con el consumo de tabaco y productos derivados (empaquetado genérico, regulación del cigarrillo electrónico, exposición al humo en terrazas y vehículos -especialmente cuando hay niños-, etc.), pues dicha regulación ha demostrado reducir la prevalencia de tabaquismo en la población y, consecuentemente, evitar sufrimiento y muerte prematura entre las personas que fuman y sus familias.
Sensibilizar a la sociedad y a las administraciones, para seguir avanzando en las medidas (normativas y de otro tipo) que eviten que nuestros adolescentes se inicien en el consumo de tabaco y productos relacionados.
Informar a los fumadores de los beneficios que tiene para su salud y su calidad de vida el abandono del tabaco.
Motivar y movilizar a todos los profesionales sanitarios, especialmente a los de Atención Primaria, para que realicen intervenciones preventivas y terapéuticas sobre todas las personas que fuman.
Ofrecer tratamientos de deshabituación, de eficacia reconocida por la evidencia científica, en todos los centros de salud de nuestro país, incorporando también a la financiación pública la Terapia Sustitutiva de Nicotina (TSN), tanto en sus formas de liberación lenta como rápida.
El lema elegido para este año es ¡Qué bello es vivir… Sin humo!, emulando el título de la famosa película de 1946, dirigida por Frank Capra y con James Stewart como protagonista. Como en el film, podemos cambiar un desastroso futuro previsible de las personas que fuman (en la película, de una ciudad), implicándonos activamente en prestarles ayuda para superar su mortal dependencia, para lo que disponemos de un buen número de recursos (intervención breve, terapia conductual, fármacos de primera línea…), que poseen una relación beneficio-riesgo y coste-efectividad superior a buena parte de las actividades que realizamos rutinariamente, en nuestras jornadas laborales.