Cada vez escuchamos más la palabra Oncothermia pero, ¿qué es? Hablamos de un sistema que interviene selectiva y directamente sobre las células malignas en el cáncer y que inhibe su actividad, provocando una respuesta inmunológica en el paciente, e incluso ayudando a reducir el dolor del mismo. Sin embargo, en este duro proceso, las personas también valoran que el tratamiento sea indoloro y, sobre todo, sin apenas efectos secundarios.
La Nanothermia oncológica no excluye a otros tratamientos, como la radioterapia, quimioterapia o cirugía. De hecho, los expertos recomiendan aplicarlas de manera conjunta puesto que provoca una potencial respuesta antitumoral, con la consecuente reducción de secuelas.
Hay que destacar también que este sistema es eficaz en tumores inoperables, puesto que facilita su accesibilidad al mismo, aunque cada paciente recibirá un tratamiento personalizado en función de su tipo y gravedad.
¿Cómo surge la Oncothermia?
Echando la vista atrás, nos tenemos que remontar hasta 1988 para hablar de los inicios de la marca Oncotherm, fundada por el profesor Dr. Andras Szasz, gracias al descubrimiento del método de la electro-hipertermia y que ha sido objeto de estudio de multitud de instituciones y equipos investigadores, algo que ha llevado a que más de 200.000 personas cada año sean tratadas con esta técnica en más de 30 países a lo largo y ancho del planeta.
Un sistema que no solo cuenta con una enorme aceptación en el mundo científico y sanitario, si no que ha dejado más que patente su eficacia en la lucha contra el cáncer en las últimas décadas. La unidad más reciente de Oncothermia es el EHY-2000, que genera un campo electro alterno fractal -sin radiación alguna- a través de dos electrodos, con los que consigue aumentar permanentemente la temperatura del área local tumoral a tratar y suministra energía constante, lo que provoca un desajuste entre los electrolitos extra e intracelulares hasta que se alcanza el equilibrio térmico.
Tratamiento y efectos
Aunque ya os hemos hablado de cómo funciona e incluso de su último dispositivo, podemos avanzar un poco en el tratamiento que recibirá cada persona, y es que los protocolos internacionales establecen de 2 a 3 sesiones por semana, con un día de descanso. Solemos ver un total de 12 sesiones, y suelen coincidir en el tiempo como decíamos anteriormente con los de quimioterapia, radioterapia o monoterapia.
Centrándonos en las sesiones, suelen durar entre una hora y hora y media, y se recomienda al menos seis semanas entre aplicación y aplicación, con el fin de ir vislumbrando los resultados en los pacientes.
Entre los resultados que podemos conseguir gracias a la Oncothermia destacamos una mayor destrucción de células cancerígenas, así como un aumento de la temperatura vascular, que aumenta la sensibilidad a la acción de los tratamientos de quimioterapia y radioterapia, así como la reducción del dolor en el paciente.