Lo que sí está claro es que todo el mundo debe hacer lo posible para conservar la memoria que tengan, y para ello, los expertos de thyssenkrupp Home Solutions ofrecen estos consejos:
1. Tener actividad física a diario.
Esto mejora el riego sanguíneo de todo el cuerpo, incluido el cerebro. La recomendación es de unos 30 minutos diarios de actividad vigorosa, como caminar rápido, nadar, montar en bici... y además añadir ejercicios de flexibilidad y fuerza como taichí, yoga, gimnasia o pilates.
2. Dormir bien y suficiente.
Mientras dormimos, el cerebro procesa la memoria a corto plazo y almacena los datos a largo plazo. Un sueño reparador y durante el número de horas que cada uno necesite es imprescindible para mantener la memoria en forma.
3. Alimentarse correctamente.
Una dieta saludable es buena para el corazón y esto supone un beneficio también para el cerebro. Hay que comer pescado, legumbres, frutas y verduras, cereales integrales, nueces y aceite de oliva..., de manera que no falten los nutrientes esenciales. Por otro lado, es importante evitar la obesidad y controlar la diabetes, el colesterol o la hipertensión.
4. Cumplir los tratamientos médicos.
Si bien algunos medicamentos pueden afectar a la memoria, otros son imprescindibles para controlar la depresión, el colesterol, la tensión, etc. El médico podrá cambiar dosis o composición si algo no va bien.
5. Mantenerse mentalmente activo.
Se puede y se debe estudiar e incorporar nuevos aprendizajes a cualquier edad, con más o menos esfuerzo. Además, es bueno cambiar itinerarios, actividades, rutinas... no saber leer o escribir incrementa el riesgo de demencia; consecuentemente, la lectura ayuda al cerebro y retarda el deterioro de la memoria, del lenguaje y de la percepción.
6. Prestar atención plena.
Algunas personas se sorprenden de no acordarse de algo que les acaban de decir, pero puede que no hayan prestado atención, que estuvieran distraídas, haciendo otras tareas a la vez. Además, hay muchos trucos para recordar, como repetir el nombre de quienes nos presentan, asociar ideas para aprenderlas, subrayar mientras se lee, anotar...
7. Tener vida social.
Estar con amigos o en familia, relacionarse, es bueno para la mente, evita la depresión y el estrés, que son factores que influyen en la pérdida de memoria. Las personas deben trabajar para conseguir una sólida red social, no necesariamente muy numerosa, pero sí de calidad, especialmente si viven solas. A día de hoy, ante la imposibilidad de muchos mayores de ver a sus familiares en persona deberían seguir teniendo contacto con ellos por videollamadas.
8. Mantener el orden.
Tener a la vista en la cocina una pizarra donde anotar al momento lo que no se quiera olvidar, dejar las cosas siempre en el mismo sitio, establecer lugares fijos para los objetos importantes como las llaves, el teléfono, las gafas... Es importante tener pastilleros semanales para no olvidar si se ha tomado o no la medicación, porque todo aquello que se hace de forma rutinaria es más posible que se olvide.
9. Reducir o suprimir el alcohol.
El alcohol y otras drogas dificultan recordar las cosas. Hay que beber con moderación o no hacerlo y tener en cuenta que puede interferir con algunos medicamentos.
10. Hay que saber adaptarse a los cambios de la edad.
Igual que incorporamos un bastón ante la inseguridad para caminar o un salvaescaleras para hacer nuestra vivienda más cómoda y accesible, tenemos que buscar apoyos para la falta de memoria, con listas de cosas para hacer cada día, avisos en el teléfono, alarmas, notas...Está claro que, en la mayoría de los casos, la mala memoria se suple con una buena agenda.