Una vez empezada la campaña de vacunación, 6 de cada 10 españoles se muestra dispuesto a vacunarse sin reticencias, cifra que en octubre de 2020 era de solo 2 de cada 10. La población con un mayor rechazo a la vacuna se sitúa por debajo del 10 % mientras que en octubre esta cifra estaba cerca del 32 %.
Este es el principal dato que se desprende del avance de resultados de la última encuesta sobre vacunas realizada entre el 4 y el 22 de enero por la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT), dependiente del Ministerio de Ciencia e Innovación. Estos datos muestran un cambio de tendencia claro en la confianza en las vacunas contra el COVID-19, comparados con los resultados de otras dos encuestas realizadas en 2020 por FECYT.
Las tres encuestas se corresponden por un lado con las dos ediciones del estudio de percepción social sobre aspectos científicos del COVID-19, aplicada por teléfono en julio de 2020 y enero de 2021, respectivamente. Y, por otro lado, con los resultados para la misma pregunta de la encuesta de Percepción Social de la Ciencia y la Tecnología 2020, encuesta bienal de FECYT que se realizó en julio, septiembre y octubre de 2020 mediante entrevistas personales.
Si mañana mismo estuviese disponible una vacuna para prevenir el COVID-19, ¿se la pondría? Por favor, responda en una escala en la que 1 es "no se la pondría en absoluto" y 7 es "totalmente seguro que se la pondría".
Este avance permite observar que la población con un mayor rechazo a la vacuna se sitúa por debajo del 10%, mientras que en octubre esta cifra estaba cerca del 32%. Esta evolución tan favorable en el último mes sigue un patrón muy similar al observado en otros países de nuestro entorno.
Los autores del estudio señalan que las causas de esta mejora en las actitudes hacia la vacunación se encuentran, fundamentalmente, en tres aspectos:
- La aprobación de las primeras vacunas por la Agencia Europea de Medicamentos.
- El inicio de la campaña de vacunación.
- La irrupción de la tercera ola y la nueva variante del virus ha aumentado la percepción de riesgo de la enfermedad, así como de las consecuencias sociales y económicas de la pandemia.
A medida que avancen los meses, se espera que la reticencia a la vacunación siga disminuyendo. Para ello, ha de continuar la labor de comunicación transparente y cercana a los ciudadanos con el objetivo de ofrecer información veraz y puntual sobre la vacunación.