La Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) junto con otras asociaciones como el Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (CERMI), la Confederación Salud Mental España, Cruz Roja, Federación Estatal de Enfermedades Raras (FEDER), Fundación de Ayuda contra la Drogadicción (FAD) y UNICEF ha compartido en una reunión con Su Majestad la Reina, Presidenta de Honor con carácter permanente de la AECC y la Fundación Científica AECC, como está afectando la pandemia a la salud mental de las personas afectadas de cáncer.
A la reunión asistió la directora general de la AECC, Noema Paniagua, quien puso de manifiesto que “antes de la pandemia, más de 245.000 personas con cáncer tenían necesidades de atención psicológica especializada que no estaban siendo cubiertas por el sistema ya que el 94% de las CCAA no ofrecen este tipo de atención o la que ofrecen es insuficiente. Con la llegada de la pandemia, se ha agravado y cronificado esta situación y estimamos en más de 530.000 los pacientes y familiares que hubieran necesitado una atención profesional”. Dentro de este colectivo han sido las mujeres en situación de vulnerabilidad laboral con hijos, los jóvenes entre 18 y 24 años y las personas solas los más afectados por la pandemia. “La salud es un derecho fundamental que contempla todos los aspectos de la persona -continúa Noema Paniagua-, incluida la salud mental por lo que defendemos que este derecho se traslade en una atención equitativa e integral”.
La AECC, desde el primer momento de la pandemia, tuvo como objetivo garantizar el apoyo emocional a pacientes y familiares a través del teléfono gratuito 24 horas, de programas de voluntariado de acompañamiento y de la derivación a los servicios de atención psicológica especializada. La rápida respuesta de la organización se debió al uso de las nuevas tecnologías que permitieron la prestación del servicio de forma no presencial y a la estructura asistencial con más de 270 psicólogas especializadas en cáncer.
No obstante, la AECC cree que la mayoría de pacientes y familiares no recibieron atención psicológica que necesitaban debido a que los recursos del sistema, ya de por sí escasos, se derivaron a cubrir las necesidades provocadas por la pandemia.
Medidas a incorporar en el Sistema Nacional de Salud para mejorar la atención psicológica en cáncer, entre las que destacan:
- Incorporar en el proceso de atención oncológica la medición sistemática del distrés, tanto de la persona enferma como del familiar, como el sexto signo vital después de la temperatura, presión arterial, pulso, frecuencia respiratoria y dolor, incluyéndola en la historia clínica.
- Capacitar a los profesionales sanitarios que atienden a pacientes de cáncer para identificar y medir tanto su grado de malestar emocional como el de las personas que los acompañan.
- Derivar a atención psicológica especializada, tanto al paciente como al familiar, cuando el grado de distrés identificado indique la necesidad de este nivel de intervención.
- Garantizar la cobertura de la atención psicológica especializada para pacientes y familiares, bien con los recursos propios del sistema o bien integrando formalmente los recursos asistenciales que ofrecen entidades sin ánimo de lucro.
- Desarrollar modelos de atención psicológica basados en las nuevas tecnologías y recursos digitales que faciliten acceso a este servicio a personas con dificultades de desplazamiento.