La falta de apoyo de las administraciones públicas a las enfermeras, enfermeros y fisioterapeutas que sufren Covid persistente, al igual que el resto de sus compañeros y compañeras contagiados, no se les reconoce que padecen una enfermedad profesional.
El Sindicato de Enfermería lleva reclamando al Gobierno desde hace más de un año que las bajas laborales por coronavirus se consideren de manera directa enfermedad profesional, tal y como recomendó la propia Organización Mundial de la Salud (OMS), porque, de esta forma, se garantiza una mayor protección y seguridad de los profesionales sanitarios, sobre todo en el caso de que haya secuelas futuras.
Especialmente preocupante, es el caso de los profesionales que sufren Covid persistente, también conocido como “long Covid”, ya que, mucho tiempo después de haberse contagiado, sufren un amplio conjunto de síntomas y secuelas, como son el cansancio extremo y continuado, dolores de cabeza permanentes, crisis epilépticas o problemas de carácter respiratorio, entre otros.
En estos momentos, se requiere aún que los servicios de riesgos laborales correspondientes dictaminen en cada caso si el contagio de un sanitario de la Covid-19 ha ocurrido durante el ejercicio de su profesión, lo que supone un claro perjuicio para unos profesionales que, desde el primer momento que surgió la pandemia, han estado en primera línea luchando contra ella, incluso sin los suficientes equipos y elementos de protección y con el consiguiente riesgo para su salud y seguridad.
Al respecto, SATSE señala que está siendo ahora la Justicia la que está empezado a dictar fallos a favor de este reconocimiento cuando debería ser la propia administración pública la que debería hacerlo de oficio sin necesidad de obligar a los profesionales sanitarios a acudir a los tribunales en defensa de sus intereses y con la consiguiente sobrecarga al sistema judicial.
El reconocimiento directo de toda baja laboral por contagio de Covid-19 conlleva que todo profesional sanitario afectado pueda acceder a determinados beneficios, como el incremento en la prestación económica percibida correspondiente al periodo de baja, así como recibir una mayor protección en caso de posibles recaídas y/o secuelas a consecuencia de haber padecido la enfermedad, entre otras cuestiones, y todo ello sin límite temporal, es decir, de por vida, señala.
Hay que recordar que los profesionales sanitarios españoles fueron los que más se contagiaron en todo el mundo durante los peores momentos de la pandemia, de los cuales el Sindicato estima que en torno al 60 por ciento han sido enfermeras y enfermeros dado su mayor contacto y cercanía con los pacientes.
“Las enfermeras, enfermeros y fisioterapeutas, junto al conjunto del personal sanitario, han pagado un precio muy alto por estar en primera línea luchando contra el coronavirus y es de justicia que las administraciones públicas velen por su seguridad y bienestar durante su ejercicio profesional y, de igual manera, si lamentablemente ha resultado contagiado a consecuencia de su trabajo”, concluye.