UCHILE/DICYT Usualmente, las entidades médicas indican la realización de mamografías para detectar cáncer de mamas en mujeres, apuntando a ciertos grupos de la población que más riesgo tienen de desarrollar la enfermedad. Esto podría estar próximo a cambiar si es que los actuales estudios en torno a un algoritmo de Inteligencia Artificial, que se aplica sobre la información arrojada por las mamografías, resultara efectivo para predecir el riesgo de cáncer de mamas que tienen las pacientes que acuden a realizarse este examen.
“El hecho de que las mamografías se hacen hoy en forma de screening (tamizaje) está relacionado a un tema de edad. Si esa mamografía sale normal, se recomienda en una cantidad de años más hacer una nueva. Sin embargo, a pesar de ese tamizaje que es bastante efectivo, se nos pasan pacientes con cáncer de mamas y nos llegan después pacientes a control con un cáncer ya detectable, avanzado incluso. Para evitar y prevenir eso, la idea es tener estrategias que permitan hacer el screening individualizado. Es decir, que uno se haga una mamografía, y predecir el riesgo de ella para ver si vale la pena que esa paciente se siga haciendo mamografías anuales más seguidas o conviene que siga la misma periodicidad que se le indica a la población general. Eso es individualizar el riesgo”, explicó el Dr. Arnaldo Marín, del Departamento Básico Clínico de Oncología de la Facultad de Medicina de la U. de Chile, respecto a las posibilidades que abriría este algoritmo de Inteligencia Artificial para predecir el cáncer de mamas entre las mujeres.
El académico, que actualmente cursa un doctorado en Ciencias Médicas con especialidad médica en Oncología, está liderando una colaboración con el MIT que va a permitir probar en el país un algoritmo de Inteligencia Artificial creado entre la Dra. Regina Barcelay, del Laboratorio de Inteligencia Artificial del MIT, y Connie Lehman, radióloga del Massachusetts General Hospital, cuya capacidad predictiva ya ha sido mostrada en las prestigiosas revistas Radiology y Science Traslation of Medicine.
“Este algoritmo ha sido probado en población norteamericana y naturalmente la representatividad de población latina en ese grupo es bastante baja”, contó el Dr. Marín, quien logró esta colaboración con el MIT gracias al apoyo de la Dirección de MIT para América Latina dirigida por Lee Ulmann. La iniciativa actualmente está próxima a comenzar las pruebas del algoritmo en población local, con el fin de sumar perfiles de riesgos diferentes que permitan ampliar su radio de acción.
Estudio retrospectivo y estudio prospectivo
¿Cómo se realizará este estudio en Chile? Primero se evaluará cómo se comporta el algoritmo tal cual está hecho. Esto se hará utilizando una cohorte retrospectiva de pacientes. “Hemos puesto como rango mamografías de pacientes realizadas entre 2015 y 2020. Todas ellas son mujeres que tuvieron una mamografía normal, que se realizaron más de una mamografía en ese período de tiempo, que no tenían antecedentes de cáncer de mama ni implantes. Sobre esa cohorte de pacientes que sabemos su desenlace clínico vamos a probar de forma retrospectiva cómo se comporta el algoritmo, lo que nos va a permitir conocer la predictibilidad de este”, detalló el especialista.
Por ahora, el equipo que está trabajando este proyecto en Chile y en el que también participa la radióloga del Hospital Clínico de la U. de Chile y académica de la Facultad de Medicina, Patricia Arancibia, y el estudiante de Doctorado Ciencias Médicas con especialidad en Radiología, Camilo Sotomayor, ya consiguió cerca de 5.000 pacientes, principalmente de la Clínica Las Condes, que cumplen con las características para participar de esta cohorte. La meta es llegar a 8.000 pacientes, y para ello se continúan haciendo gestiones en el sistema público de salud.
“Recién contamos con aprobación del Comité de Ética de Clínica Las Condes. Lo que estamos haciendo ahora es tabular pacientes, desde el punto de vista de la evolución, esto de forma anónima para privilegiar la privacidad de las pacientes, y luego vamos a compartir el próximo mes las imágenes con MIT para someterlos al algoritmo. Con eso ya vamos a tener el primer paso, que sería esta cohorte retrospectiva”, apuntó el Dr. Marín.
Luego de valorar y mesurar cómo se comporta este algoritmo en una población cuya evolución es conocida, el segundo paso sería perfeccionarlo, pues es posible que su capacidad predictiva se vea disminuida, ya que fue originalmente dirigido a una población norteamericana y no latina. “Tras este primer acercamiento esperamos poder hacer una aproximación luego prospectiva, es decir, de seguimiento de pacientes, hacer un estudio clínico que nos permita incorporar pacientes, someterlos al algoritmo y seguir el tracking de ello. Ojalá eso después pueda estar disponible en forma pública, que sería nuestro deseo como institución universitaria”, expresó el académico.
Aunque este algoritmo aún no está aprobado, actualmente hay muchas instituciones en el mundo que están trabajando en el uso de Inteligencia Artificial para predecir precozmente cáncer, no solo a través de imágenes sino de diversas otras estrategias, como búsqueda de mutaciones en sangre, entre otras. “Hay algunos algoritmos que están en camino de ser aprobados, pero no hay ninguno que lo ha conseguido aún”, aclaró el médico, insistiendo en la importancia que tiene su validación en poblaciones grandes de pacientes, que es lo que se está intentando con esta herramienta.
De avanzar hacia pruebas prospectivas, la idea del Dr. Marín sería poder incorporar a profesionales de otras áreas de la Universidad para mejorar el algoritmo, particularmente en la población chilena. “Para nosotros sería súper importante incorporar en forma transdisciplinar a la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas”, afirmó el especialista, quien destaca que el poder contar a futuro con este tipo de tecnología en el sistema público sería un importante avance en la detección de esta patología producto de la cual muere una mujer en Chile cada ocho horas.
“Este algoritmo utiliza mamografías súper sencillas, no requiere de las más modernas. Entonces, tener el acceso a este tamizaje, estoy pensando en lo que es el hospital digital por ejemplo, y hacer un tamizaje y screening de forma individual, y luego a las pacientes de mayor riesgo, que vayan a seguir controlándose en un centro de mama y las otras que lo hagan en forma más distanciada, mejoraría el uso de nuestros recursos también. Creo que el impacto que puede tener desde el punto de vista sanitario es súper importante”, concluyó el Dr. Marín.