La importancia de revisarse la audición todos los años
Los profesionales de la audición advierten de que la pérdida de audición es el tercer problema de salud más importante por detrás de la hipertensión arterial y de la artrosis. Es por este motivo que los profesionales recomiendan realizar una revisión auditiva todos los años, porque, en muchos casos, aunque consideremos que escuchamos de forma perfecta, realizarnos revisiones rutinarias, sobre todo a partir de los cincuenta, será clave para poder detectar a tiempo todo tipo de señales de pérdida auditiva.
De esta forma, tal y como nos explican los expertos del centro auditivo de Alicante a los que hemos consultado, es fundamental prestar atención a todo tipo de señales relacionadas con nuestra audición (por ejemplo, si no escuchamos bien al resto de interlocutores, nos cuesta captar los sonidos en ambientes ruidos o tenemos que subir el volumen de la televisión) para poder prevenir los problemas auditivos.
Es fundamental revisarnos la audición una vez al año para poder detectar posibles pérdidas auditivas y ponerles solución de manera eficiente. Si no las tratamos como es debido disminuirán nuestra calidad de vida, acelerarán nuestro deterioro a nivel cognitivo y pueden llegar a provocarnos problemas de soledad, de aislamiento o de depresión. Es por estos motivos que resulta fundamental visitar a profesionales cualificados que evalúen nuestra audición de manera correcta, nos diagnostiquen cualquier tipo de problema y determinen la mejor solución para nuestros problemas auditivos.
Cómo se hace una revisión auditiva
Las revisiones de la audición permiten evaluar la capacidad con la que cuenta una persona para escuchar en pocos minutos, a través de pruebas sencillas. Este tipo de exámenes no provocan molestias ni daños y se realizan en centros de audición especializados o en consultas de médicos especialistas. Normalmente, estas pruebas se realizan en cabinas insonorizadas diseñadas para poder realizar distintos análisis auditivos sin que intervengan otros sonidos ni ruidos externos.
Cuando se finalizan las pruebas el médico será el encargado de realizar una otoscopia en la que comprobará que no existen tapones de cera, perforaciones ni inflamaciones. Después realizará una audiometría tonal vía área en la que se evaluará el umbral de audición de cada paciente.
En este tipo de pruebas también se suele realizar una audiometría tonal vía ósea para poder medir la capacidad de audición de oído interno. Finalmente se realiza una audiometría verbal en laque se comprueba la capacidad de cada persona para poder diferenciar entre sonidos de una misma palabra.
Las revisiones infantiles
En cuanto a las revisiones auditivas infantiles, es importante tener en cuenta que en el caso de los niños resulta fundamental detectar la hipoacusia de manera precoz para mejorar la calidad de vida de los pequeños. Durante los primeros meses de vida de los niños es fundamental tener cuidado con las revisiones auditivas ya que se trata de un momento crucial para el desarrollo de las vías auditivas de los pequeños.
Identificando e interviniendo de manera directa en estos problemas es posible conseguir un mejor desarrollo del lenguaje hablado en los pequeños. Es por este motivo que resulta fundamental revisar la audición de los pequeños, siendo especialmente importantes las revisiones si existen antecedentes de sordera en la familia, o si la madre ha sufrido algún tipo de enfermedad infecciosa durante la gestación.
Cuidado con las pérdidas auditivas
De nuevo, los expertos coinciden en que, además de realizar las revisiones auditivas pertinentes una vez al año, es fundamental acudir cuanto antes a la consulta si existen sospechas de pérdida auditiva o de mala audición, tanto en niños como en adultos o en ancianos. La reducción de la capacidad de escucha puede volverse irreversible si no la diagnosticamos ni tratamos de manera eficiente y rápidamente.
En la edad adulta lo más recomendable es realizarnos las revisiones de forma anual si existen antecedentes familiares o si hemos estado expuestos de forma constante a ruidos fuertes, así como si practicamos deportes de contacto o acuáticos. A partir de los cincuenta es fundamental realizarse pruebas de audición de manera regular, ya que el envejecimiento aumenta las posibilidades de sufrir cualquier tipo de pérdida auditiva.
Además, debemos estar atentos a diferentes señales como la inflamación, los zumbidos o el taponamiento de los oídos. Existen otras afecciones como la pérdida auditiva progresiva más complicadas de detectar, pero que pueden valorarse teniendo en cuenta sonidos constantes como el volumen de la televisión o el tono del teléfono.
Finalmente, debemos tener en cuenta que existen algunas formas de identificar que contamos con problemas auditivos y debemos realizarnos una revisión de forma rápida. Por ejemplo, si cada vez escuchamos menos la televisión y tenemos que subir el volumen o si no podemos escuchar a nuestros interlocutores en una conversación.