Pese a que puede provocar alguna molestia, el uso de mascarillas no interfiere significativamente en los patrones de respiración y en la fisiología cardiovascular durante la práctica de ejercicios físicos con intensidades entre moderadas y vigorosas. Esto fue lo que demostró un estudio realizado con varones y mujeres que no practican deportes competitivos.
“Este estudio muestra que los mitos que indican que el uso de las mascarillas durante los ejercicios físicos sería prejudicial, con efectos sobre la saturación de oxígeno de la persona, no se sostienen. El uso de este tipo de protección no alteró significativamente el funcionamiento corporal durante la práctica de ejercicios entre moderados y pesados”, afirma Bruno Gualano, docente de la Facultad de Medicina de la Universidad de São Paulo (FM-USP), en Brasil, y autor del artículo.
En el referido estudio, a cargo de investigadores de la FM-USP, 18 mujeres y 17 varones sanos realizaron pruebas ergoespirométricas en cinta –que evalúan las respuestas cardiopulmonares generadas mediante el intercambio gases exhalados e inspirados durante los ejercicios físicos– en diferentes intensidades de esfuerzo. Los participantes en la investigación corrieron con mascarillas de tres capas y sin ellas en otra sesión, a los efectos de poder efectuar la comparación. Y se evaluaron distintas intensidades de ejercicios.
Las pruebas permitieron analizar una infinidad de variables fisiológicas, tales como el consumo de oxígeno y la capacidad respiratoria. “También evaluamos mediciones de funcionamiento cardiovascular, la saturación de oxígeno y la acidosis en la sangre. La conclusión indicó que las perturbaciones provocadas por las mascarillas fueron muy pequeñas, especialmente en las intensidades situadas por debajo del esfuerzo máximo, que pueden aportarle enormes beneficios a la salud”
Respuestas fisiológicas compensatorias
Cuando la persona realiza el máximo esfuerzo posible antes del cansancio extremo y la detención del ejercicio– fue posible detectar pequeñas alteraciones respiratorias. “Pero el organismo logra afrontar eso mediante respuestas fisiológicas compensatorias. La saturación de oxígeno, la frecuencia cardíaca, la percepción del esfuerzo, los niveles de lactato (una medida indicativa del equilibrio ácido-básico en el organismo) y la presión arterial: todo esto se ubica dentro de lo esperable, aun con el uso de las mascarillas y a intensidades críticas”
El investigador remarca que los resultados del estudio permiten formular nuevas recomendaciones para la práctica de ejercicios físicos durante la pandemia.
“Las mascarillas no pueden usarse como excusa para que las personas no practiquen ejercicios físicos. La pandemia es larga y ellas, junto con la vacunación, constituyen medidas necesarias para que el virus no se propague. Al mismo tiempo, es importante que la gente siga ejercitándose. Observamos que, entre las intensidades moderadas y las pesadas, que sabidamente le hacen bien a la salud, no existen alteraciones significativas de factores fisiológicos. Por ende, es necesario seguir usando mascarillas en ambientes fechados. El uso de mascarillas y la práctica de actividades físicas no son excluyentes”, dice.
“En tanto, quienes deseen hacer ejercicios con intensidades agotadoras, pueden realizarlos al aire libre, sin aglomeraciones y en lugares donde sea posible quitarse las mascarillas durante un lapso de tiempo para no experimentar una pérdida de rendimiento. Es bueno recordar que aún a altísima intensidad, los efectos de las mascarillas fueron mínimos”, añade.
Otro punto interesante del estudio indicó que en general los resultados fueron similares tanto para los hombres como para las mujeres. “La fisiología del ejercicio de los varones y las mujeres es muy distinta, lo que en nos llevó a pensar que pudiese existir un efecto distinto de las mascarillas, pero eso no ocurrió”, dice.
Los Juegos Olímpicos con mascarillas
El mismo grupo de científicos llevó a cabo en colaboración con la Universidad Federal de Rio Grande do Norte (UFRN), también en Brasil, otro estudio con atletas de alto nivel. “En ese otro estudio, también observamos que las mascarillas no perjudicaban el rendimiento. Era solamente la percepción de esfuerzo lo que aumentaba: los atletas se quejaban de la molestia que les causaban las mascarillas, pero su rendimiento no se alteraba”, comenta.
Gualano informa que los resultados del estudio se publicaron antes de los Juegos Olímpicos de Tokio. “Teniendo en vista todos los perjuicios deportivos, económicos y organizativos que ocasiona la infección de un atleta competitivo, sugerimos en ese momento que sería interesante pensar en el uso de mascarillas durante los entrenamientos, toda vez que el rendimiento se ve poco afectado: puede ser un trade-off interesante”, dice.
El investigador explica que en general los atletas de alto rendimiento no suelen padecer cuadros graves de COVID-19. “Pero no es que no existan riesgos. Asimismo, hay perjuicios para el deporte, pues se hace necesario aislar, testear a los contactos estrechos y recuperar a los atletas, lo que constituye una pérdida inmensa para los competidores y para sus equipos. Durante los Juegos Olímpicos vimos casos de atletas que se perdieron la competencia al infectarse. Con la nueva ola en Europa y en Estados Unidos, los casos en el deporte han aumentado ostensiblemente, y diversas ligas corren riesgo de paralizarse”, dice.
El equipo de investigadores estudia ahora el uso de mascarillas durante los ejercicios físicos con grupos clínicos y niños. “Estamos poniendo a prueba los efectos del uso de mascarillas en niños sanos y obesos durante el esfuerzo en distintas intensidades para entender si las mascarillas son seguras en otros grupos más vulnerables también”, afirma.