El grupo de investigación del Servicio de Microbiología del Hospital Universitario de Bellvitge, formado por investigadores del CIBERES y CIBERINFEC, ha publicado recientemente un trabajo en la revista Microbiology Spectrum sobre la adaptación de Haemophilus spp en pacientes con enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) y tratamiento prolongado con azitromicina.
La azitromicina tiene propiedades inmunomoduladoras que han demostrado reducir el número de exacerbaciones y mejorar la calidad de vida de los pacientes con EPOC. Sin embargo, su uso prolongado puede afectar a las bacterias colonizadoras del tracto respiratorio, como Haemophilus influenzae, el cual juega un papel importante en las exacerbaciones agudas,y Haemophilus parainfluenzae, el cual se asocia a elevadas tasas de resistencia antimicrobiana. La caracterización de la evolución de estas especies durante la colonización puede contribuir a una mejor comprensión de la progresión de la EPOC.
Este estudio coordinado por Sara Martí del CIBERES -perteneciente al grupo de Carmen Ardanuy- mostró la aparición de resistencia a azitromicina durante los primeros meses de tratamiento debido a la adquisición de mutaciones en el 23S rRNA o en los genes codificantes de las proteínas ribosomales L4 y L22. Además, en un linaje persistente de H. influenzae, se identificó un elemento genético móvil que contenía los genes codificantes de las bombas de expulsión MefE y MsrD, el cual se había identificado previamente en unas cepas de H. parainfluenzae del mismo paciente. Esta observación apoya la hipótesis de que la interacción entre microorganismos del mismo nicho ecológico puede potenciar la adaptación bacteriana, y destaca el posible papel de H. parainfluenzae como reservorio de genes de resistencia.
Por otro lado, durante la colonización persistente se observaron otros cambios genéticos, que principalmente afectaban a genes asociados con proteínas de la pared celular, como por ejemplo licA, lic3A y lex1, y el metabolismo de iones inorgánicos, como hgpB y hgpC. También se describió la adquisición, pérdida y evolución de algunos profagos integrados en el genoma de los diferentes linajes bacterianos. "Así pues, el conjunto de estas variaciones genéticas podría favorecer la adaptación bacteriana y, por lo tanto, la colonización persistente" asegura la Dr. Martí.