Lo mismo que existe un ciclo para el metabolismo o para el sueño, el rendimiento físico sufre altibajos a lo largo de la jornada.
Por eso no es de extrañar que existan tantas opiniones como personas que practiquen algún tipo de ejercicio físico a diario sobre el momento más adecuado para hacerlo. Sesudos estudios universitarios incluidos, pues mientras los hay que recomiendan ponerse a hacer ejercicio de buena mañana, no faltan aquellos que señalan el atardecer como la hora mágica de la jornada. “El caso es ponerse a ello, encontrar un momento al cabo del día para hacer ejercicio físico”, indica Federico García Corral, mánager de Infinit Fitness, una cadena cuyos centros están a disposición de sus socios las 24 horas los siete días de la semana. Este conocido entrenador personal y asesor nutricional resalta que “más que dilucidar la hora exacta es superar esos condicionantes que podrían impedir el acudir al gimnasio: el laboral y el familiar. Si trabajas, tu momento es a primera hora o a la caída de la tarde; no puedes elegir. Y si tienes que ocuparte de un niño, lo mismo: por eso se ve a tantas personas –sobre todo mujeres– haciendo Pilates a partir de las 10 o las 11 de la mañana. Tienen el tiempo justo antes de que el peque salga de la guardería o del colegio…”. Así que para la mayoría de las personas, el período del día idóneo para hacer ejercicio es… el único que tienen, y que encaja –a veces, no sin esfuerzo personal– en su agenda.
O dicho de otro modo, si la actividad física es moderada no es tan relevante el momento de realizarla. “Porque, al final, no es igual el mejor momento para hacer entrenamiento cardiopulmonar que para ejercitar los músculos”, continúa Federico García Corral, quien explica que, por ejemplo a nivel hormonal, la testosterona no alcanza su mejor rendimiento hasta media tarde, “por lo que los músculos se encuentran mejor preparados para encarar una rutina a partir del atardecer. Así, los ejercicios de fuerza, el ‘fitness’ anaeróbico o entrenar la resistencia es aconsejable hacerlo por las tardes. Por el contrario, de buena mañana el cuerpo está cargado de energía, y la actividad cardiovascular es muy recomendable efectuarla en ese momento, antes de que nuestros depósitos comiencen a vaciarse”. Sobre si hacer el ejercicio en ayunas o no, el entrenador personal y asesor nutricional vuelve a establecer una prioridad: “Dejar que transcurran al menos un par de horas tras levantarnos, de modo que las articulaciones ‘se engrasen’ y la circulación se adapte al mayor ritmo que le va a ir imponiendo el ejercicio. El ‘fitness’ aeróbico es estupendo realizarlo en ayunas, porque de ese modo vacías esos ‘depósitos’ recién cargados durante el sueño y vuelves a cargarlos con un desayuno completo y equilibrado”.
El mánager de Infinit Fitness concluye, categórico: “Los beneficios del ejercicio son tan relevantes para nuestro bienestar que lo más importante es hacerlo; a la hora que sea, pero no menos de 30 minutos cada día”. De hecho, en los centros de esta cadena de gimnasios “de conveniencia”, se ofrece entrenamiento personal, en sesiones de media hora, una hora, solo o en pareja con un entrenador personal totalmente dedicado al socio, para poder extraer el máximo rendimiento a cada ejercicio. También se organizan grupos reducidos, a partir de cuatro personas y hasta un máximo de ocho, con diferentes enfoques, desde el más tranquilo Pilates hasta los más intensivos entrenamientos metabólicos en circuito y programas individuales. Todo ello, junto a su cómodo horario de acceso, y unas tarifas absolutamente competitivas, hace que cada vez sean más los ciudadanos que se pasen del gimnasio tradicional a estos nuevos centros, en los que es posible estar a la última en el mundo del ‘fitness’.