El placer de mecerse

Se ha demostrado que el acto de mecerse influye positivamente en el estado de ánimo, puede ser estimulante y reconfortante.

Mecemos en los brazos a los niños pequeños para calmarlos, al igual que a los bebés en sus cunas. En los parques de juegos de niños hay columpios, porque el movimiento del balanceo es divertido.

La mayoría de adultos pueden experimentar ese balanceo por puro placer, por desgracia, sólo en los parques de atracciones, y es que está claro que los adultos deberían mecerse con más frecuencia.

¿Estresado? ¡Columpiese! Un columpio de jardín, una mecedora o simplemente un columpio colgado de la rama de un árbol, son maravillosos para relajarse. Mecerse transmite tranquilidad, confort y calma, por eso es lo ideal para gente estresada.