Los centros de salud comenzaron el pasado jueves a realizar los test rápidos del estudio epidemiológico con el que el Sergas quiere evaluar la prevalencia del coronavirus en la población gallega, casi 51.000 pruebas en esta primera fase y otros 51.000 en la segunda oleada. Pero tras tres días de muestras -el jueves apenas se hicieron- los médicos de familia están sorprendidos, apenas hay casos positivos. «O los test son muy malos o la circulación del virus en Galicia es inexistente», dice Jesús Sueiro, médico del ambulatorio Concepción Arenal, el más grande de Santiago.
Uno de los argumentos que explicaría estos resultados es que, al contrario de lo que ha llegado a pensarse, el virus apenas ha circulado entre la población gallega. Y esto supondrá más restricciones en la desescalada, porque cuanto mayor sea la tasa de población inmunizada, más fácil será la vuelta a la normalidad.
La otra sospecha que tienen los facultativos es que estos test rápidos no sean de buena calidad. Se trata de las pruebas que envió el Ministerio de Sanidad a las comunidades a principios de abril y que la Xunta desechó como herramienta diagnóstica porque no permiten diferenciar si el usuario está en plena fase de infección o ya se ha curado. Lo único que detectan es que el paciente ha estado en contacto con el virus porque tiene anticuerpos. Cuando se cuestionó la eficacia de este test, de la marca Wondfo, el Gobierno central aseguró que su fiabilidad fue estudiada en el Centro Nacional de Microbiología con muestras de pacientes de varios hospitales. En aquel momento destacaron además su sensibilidad, de un 80 % a partir de los siete días de infección y superior al 64% en todos los casos.
Esto esta sucediendo en centros de salud de Castilla y León según noticias recopiladas de distintos centros.