Un estudio de la American Academy of Ophtalmology, 1 de cada 5 niños en edad escolar necesita terapia visual para corregir ciertos defectos de graduación o problemas de baja visión que se deben a problemas visuales (estrabismo, ambliopía, miopía, presbicia, etc.). En muchas ocasiones los padres descuidan estos problemas de visión por simple desconocimiento de la salud visual. Por lo tanto, se recomienda llevar a revisiones oculares a los niños cada año.
Es muy importante que, durante los años de desarrollo visual, los padres revisen la salud visual de los niños para que, en caso de que haya un diagnóstico, se pueda tratar lo antes posible. Hay problemas de visión que si no se detectan a tiempo son mucho más difíciles de tratar y recuperar la visión al 100%. Otro consejo es estar atento a todos los síntomas de baja agudeza visual que puedan mostrar los niños. Detectar los problemas de visión a tiempo también es importante para evitar problemas en la escuela.
Numerosos estudios demuestran que es a los 3 años cuando se deberían detectar estos síntomas, ya que está en juego el desarrollo escolar y el crecimiento correcto de los pequeños, además de su salud visual durante toda su vida. Un estudio del Journal of Optometry, en el cual analiza el impacto del estrabismo, ha demostrado que es uno de los problemas visuales más comunes. Este problema impide leer, atender a la pizarra, coger notas y muchas otras actividades.
El ojo vago es otro de los motivos más habituales de pérdida de la visión entre niños y jóvenes en países desarrollados. Este problema afecta al 3% de la población. La visión y el aprendizaje están ligados de forma muy estrecha, por lo que si la vista se ve alterada puede empeorar el rendimiento escolar. Esto también puede ocasionarse por dificultades de procesamiento visual.
Los defectos refractivos también son un problema muy común y no solo entre niños, sino en la mayoría de la población mundial. No obstante, a temprana edad, este problema se puede corregir mediante la graduación adecuada.