La agencia sanitaria mundial asegura que la prioridad debe seguir siendo vacunar a la población de que no ha recibido ninguna dosis y recuerda que las vacunas disponibles siguen siendo eficaces contra ómicron. Los expertos piden precaución ante la nueva variante que puede causar “otra tormenta” en Europa.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) volvió a criticar los programas de refuerzos generalizados de las vacunas contra el COVID-19 mientras los países pobres aún luchan por obtener las dosis iniciales, y advirtió que el acceso desigual a las inmunizaciones puede dar lugar a más mutaciones del coronavirus que alarguen la pandemia.
“Es probable que los programas de refuerzo generalizados prolonguen la pandemia, en lugar de ponerle fin, al desviar el suministro a países que ya tienen altos niveles de cobertura de vacunación, lo que da al virus más oportunidades de propagarse y mutar”, dijo el director general de la OMS, el doctor Tedros Adhanom Ghebreyesus, durante una rueda de prensa.
Los comentarios de la OMS se producen mientras las autoridades sanitarias de numerosos países ricos promueven la vacunación de refuerzo en medio de un aumento de los casos de COVID-19 impulsado por la variante ómicron. Israel anunció el martes que ofrecerá una cuarta dosis de la vacuna a las personas mayores de 60 años.
El Grupo Asesor Estratégico de Expertos (SAGE), que emite recomendaciones sobre la vacunación, concluyó que el objetivo debe seguir siendo la disminución de las muertes y las enfermedades graves, por lo que la introducción de dosis de refuerzo debe estar “firmemente basada en la evidencia y dirigida a los grupos de población con mayor riesgo” y a los “necesarios para proteger el sistema sanitario”.
“Es importante recordar que la gran mayoría de las hospitalizaciones y muertes se producen en personas no vacunadas, no en personas que no han recibido el refuerzo”, sostuvo Tedros. “Debemos tener muy claro que las vacunas que tenemos siguen siendo eficaces contra las variantes delta y ómicron”.
El director de la agencia de salud de la ONU recordó que tres de cada cuatro trabajadores de la salud en África siguen sin vacunar y que solo la mitad de los países han logrado vacunar al 40% de su población, “por la distorsión del suministro global”.
La desigualdad en las vacunas es "la injusticia más horrible de 2021", afirmó el doctor Michael Ryan, director ejecutivo del Programa de Emergencias Sanitarias de la OMS.
Actualmente, alrededor del 20% de todas las dosis de vacunas que se administran cada día se dan como refuerzos o dosis adicionales. “Ningún país puede impulsar su salida de la pandemia”, enfatizó Tedros.
Las proyecciones de la OMS muestran que el suministro de vacunas debería ser suficiente para inmunizar a toda la población adulta del mundo, y para dar refuerzos a las poblaciones de alto riesgo, en el primer trimestre de 2022. Sin embargo, sólo más adelante en 2022 el suministro será suficiente para el uso extensivo de refuerzos en todos los adultos.
Por ello, la OMS pidió una vez más a los países y a los fabricantes que den prioridad a COVAX y al fondo de adquisición de vacunas de la Unión Africana, y los llamó a que colaboren para que todos los países alcancen el objetivo del 40% lo antes posible, y el del 70% a mediados de 2022.
El 2022 “tiene que ser el año del fin de la pandemia” de COVID-19, urgió Tedros. “Y también debe ser el comienzo de algo más: una nueva era de solidaridad”.
El especialista etíope dijo que 2021 “ha sido un año doloroso para muchos”, con 3,5 millones de muertes por COVID-19, pero “no puede ser un año perdido”.
Tedros aseguró seguir teniendo esperanza porque los científicos ahora conocen bien el virus y el mundo dispone de las herramientas para hacerle frente. “La clave es aplicar las medidas de forma integral. Si no las aplicamos todas, en todo el mundo, no podremos acabar con esta pandemia", remarcó.
Michael Ryan, sin embargo, matizó que el fin “ni siquiera está cerca”. El responsable de emergencias considera que falta “voluntad colectiva” para aplicar las medidas. “La población se siente confundida por las diferentes decisiones que se van tomando y hay una grave crisis de confianza", añadió.
La variante ómicron se ha reportado en 106 países. La rápida expansión se explica por las mutaciones que la hacen más transmisible, porque causa más reinfecciones entre personas que ya han pasado la enfermedad y puede eludir algunas vacunas y porque, según algunos estudios preliminares, infecta más las vías respiratorias superiores que los pulmones, facilitando su propagación.
Preguntados sobre la posibilidad de que ómicron cause una forma más leve de COVID-19 y contribuya a que el virus acabe convirtiéndose en endémico, María Van Kerkhove, la epidemióloga que lidera la respuesta de la OMS, dijo que es “crítico” entender que todavía es “demasiado pronto” para concluir si es más leve que delta, porque la variante no ha circulado lo suficiente y pidió precaución a los ciudadanos y los gobiernos.
“Todavía no estamos en una situación endémica, sino en medio de una pandemia”, sostuvo, explicando que el coronavirus seguirá “evolucionando” y haciéndose “más apto. “Si será más grave o no, no lo sabemos”, explicó.
Gracias a las vacunas, se espera que el COVID-19 cause menos hospitalizaciones y muertes, pero todavía “habrá brotes” entre los no vacunados o aquellos que no han recibido la pauta completa.
“Seguimos siendo humildes porque este coronavirus todavía puede tener varios ases bajo la manga”, concluyó Van Kerkhove.
Tedros anunció que la OMS ha publicado unas orientaciones actualizadas para el personal sanitario, en las que se recomienda el uso de un respirador o una mascarilla médica, además de otros equipos de protección personal, cuando se entre en una habitación donde haya un paciente con COVID-19 presunto o confirmado.
Los respiradores, que incluyen las máscaras conocidas como N95, FFP2 y otras, “deben usarse especialmente en los entornos asistenciales donde se sabe que la ventilación es deficiente”, sostiene el documento.
“Sin embargo, somos dolorosamente conscientes de que muchos trabajadores sanitarios de todo el mundo no pueden acceder a los respiradores”, dijo Tedros, que pidió los fabricantes y los países que aumenten la producción, compra y distribución.
La semana pasada, en Europa y Asia central se produjeron 27.000 muertes por COVID-19 y 2,6 millones de nuevos casos. Las infecciones, que siguen siendo predominantemente de la variante delta, son ahora un 40% más altas que en el mismo periodo del año pasado.
Desde su identificación, hace 27 días, la variante ómicron se ha detectado en al menos 38 de los 53 Estados miembros de la región europea de la OMS.
“Vemos que se avecina otra tormenta: ómicron se está convirtiendo, o ya se ha convertido, en dominante en varios países, entre ellos Dinamarca, Portugal y el Reino Unido, donde su número se duplica cada día y medio o tres días, generando tasas de transmisión nunca vistas hasta ahora”, informó el director de la rama regional de la Organización, Hans Kluge.
Kluge predijo que, en unas semanas, ómicron dominará en más países de la región, “llevando a los sistemas de salud, ya de por sí al límite, a una situación de emergencia”. Es probable, añadió, que ómicron se convierta en la variante dominante que circule en la región.
“El gran volumen de nuevas infecciones por COVID-19 podría dar lugar a más hospitalizaciones y a un trastorno generalizado de los sistemas de salud y otros servicios críticos”, enfatizó Kluge. “Lamentablemente, ya ha provocado hospitalizaciones y muertes”.
Según el director regional, las personas que se han recuperado de COVID-19 tienen entre tres y cinco veces más probabilidades de volver a infectarse con ómicron en comparación con Delta.
Kluge recordó que la vacuna ofrece la mejor protección, junto a otras medidas: evitar los espacios concurridos, cerrados y confinados; mantener una distancia física con los demás; lavarse las manos con frecuencia; usar una mascarilla; toser o estornudar en un codo doblado o en un pañuelo de papel; y ventilar adecuadamente los espacios interiores.
“En esta época del año en la que hay muchas reuniones sociales, evalúe su riesgo y el de los demás y dé prioridad a los eventos más importantes para usted”, pidió.
Además, dijo, los gobiernos y las autoridades deben preparar los sistemas de respuesta para un incremento significativo de casos. Las autoridades sanitarias deben aumentar la capacidad de análisis y rastreo; implicar a la atención primaria en la gestión de los casos; preparar a los hospitales para un aumento de la actividad; y apoyar a los trabajadores sanitarios y de primera línea.