La Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR) lidera una iniciativa nacional junto con otras Sociedades científicas y asociaciones de pacientes que plantea implementar un proyecto piloto de cribado de cáncer de pulmón centrado en el paciente.
El objetivo principal de este proyecto piloto es compaginar la deshabituación tabáquica con la detección precoz del cáncer de pulmón y otras enfermedades clave relacionadas con el consumo de tabaco, incluyendo el enfisema, la fibrosis pulmonar, y la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC).
«En nuestro programa de cribado hemos observado que el 80 por ciento de los pacientes que tienen cáncer de pulmón también tienen enfisema o EPOC. Por eso, pensamos que el cribado de cáncer de pulmón podría ser más eficaz si nos centramos no solo en su detección sino también en la deshabituación tabáquica y la detección del enfisema y la EPOC», ha explicado el doctor Luis Seijo, neumólogo y coordinador del Área de Oncología Torácica de SEPAR, con motivo del Día Mundial contra el Cáncer, que se celebra cada 4 de febrero.
Tanto la EPOC como el enfisema se asocian al consumo de tabaco, como ocurre con el cáncer de pulmón, y suponen un riesgo mayor de sufrir estos tumores con el transcurso del tiempo. Por ello, enfisema y EPOC podrían servir como biomarcadores de riesgo de cáncer de pulmón.
El cáncer de pulmón afecta cada vez a más personas y es el más letal de los cánceres. En 2020, se registraron 2,21 millones de casos de cáncer de pulmón en todo el mundo, solo superado por el cáncer de mama con 2,26 millones de casos, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El cáncer de pulmón es líder en mortalidad por cáncer con 1,80 millones de muertes al año, seguido de lejos por el cáncer de colon y recto, que causó 935.000 muertes. En España también es el cáncer más letal, causando un total de 21.918 defunciones en 2020, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE).
El tabaquismo, por su parte, es el principal factor de riesgo del cáncer de pulmón (aunque también puede estar causado por otros factores como la exposición residencial al radón u ocupacional al amianto), así como el principal factor de riesgo de otras enfermedades respiratorias graves, como el enfisema, la fibrosis pulmonar o la EPOC, una patología muy prevalente y cuarta causa de muerte en España.
El cribado de cáncer de pulmón detecta tumores de pulmón de forma precoz, cuando aún son incipientes y por lo tanto curables, mediante la realización periódica de pruebas de imagen, para conseguir un aumento de la supervivencia global. Hay que tener en cuenta que los programas de cribado de cáncer (ya sea en pulmón, mama, próstata o colon) deben tener un beneficio superior al riesgo que pueda entrañar su realización en personas sanas.
Estos programas deben mitigar la aparición de falsos positivos, lesiones sospechosas de cáncer que finalmente resultan benignas, para evitar en la medida de lo posible la realización de procedimientos diagnósticos invasivos innecesarios. Actualmente, los programas de cribado de cáncer de pulmón consiguen limitar este tipo de intervenciones limitándolas a un 10 por ciento del total de nódulos operados, siendo malignos el 90 por ciento de los intervenidos, según el doctor Seijo.
En las últimas décadas, se han llevado a cabo distintas investigaciones destinadas a demostrar el beneficio y la eficacia de aplicar estos programas de cribado de cáncer de pulmón en personas con riesgo de desarrollarlo, fundamentalmente fumadores y exfumadores de cierta edad.
En España, el cribado de cáncer de pulmón no está incluido en la cartera de servicios del Sistema Nacional de Salud (SNS), a pesar de que España ha sido pionero en su desarrollo e investigación. La Clínica Universidad de Navarra goza de 20 años de experiencia en este sentido, según explica el doctor Seijo. Otros centros como el IVO en Valencia o la Fundación Jiménez Díaz también han puesto en marcha programas de cribado.
Recientemente, desde SEPAR se ha reclamado al Ministerio de Sanidad que el cribado de cáncer de pulmón se incluya en la Estrategia Nacional contra el Cáncer. El proyecto CASSANDRA, liderado por SEPAR y otras sociedades científicas afines, pretende recabar la evidencia necesaria para demostrar que el cribado de cáncer de pulmón es viable en nuestro país y asegurar que el beneficio del mismo supera a los riesgos y justifica su coste.
Según avanza el doctor Juan Carlos Trujillo, cirujano torácico y co-coordinador del proyecto CASSANDRA, se ha previsto realizar el cribado de cáncer de pulmón a personas de más de 50 años y que hayan fumado un paquete al día durante 20 años o más.
La detección precoz del cáncer de pulmón es posible mediante la realización periódica de una TC o escáner, una prueba de imagen con dosis bajas de radiación. Esta prueba también permite detectar el enfisema, la fibrosis pulmonar, o la enfermedad coronaria, todas ellas estrechamente vinculadas al tabaquismo, mientras que la detección precoz de la EPOC, una enfermedad infradiagnosticada en España, se realiza mediante una espirometría.
En opinión del doctor Seijo, actualmente, «no se requiere más evidencia científica para demostrar que el cribado de cáncer de pulmón es eficaz, que reduce la mortalidad, que se puede optimizar el cribado y que este es coste-eficaz», pero ha admitido que es necesario demostrar que se puede hacer a gran escala limitando los falsos positivos, el sobredioagnóstico, y ajustándose a las limitaciones del Sistema Nacional de Salud.
«Necesitamos reunir más evidencia para optimizar la selección de pacientes, evitar los falsos positivos, encontrar biomarcadores y subsanar problemas logísticos», ha concluido.