Con base en los datos de más de 3.000 personas mayores de 50 años, científicos brasileños y británicos comprobaron la importancia de esta sustancia en los músculos.
La vitamina D posee un importante papel para regular la absorción del calcio y del fósforo en el organismo, como así también para mantener el funcionamiento del cerebro y del sistema inmunitario. Y ahora investigadores de la Universidad Federal de São Carlos (UFSCar), en Brasil, y de la University College London (UCL), en el Reino Unido, han demostrado que esta sustancia también reduce un 78 % el riesgo de padecer debilidad muscular (dinapenia).
La dinapenia, una condición que puede explicarse parcialmente debido a la atrofia muscular, constituye un importante factor de riesgo de incapacidad física en el envejecimiento. Las personas con dinapenia están sujetas a una mayor incidencia de caídas, hospitalizaciones, institucionalizaciones precoces y muerte prematura. En el estudio, publicado en Calcified Tissue International and Musculoskeletal Research, los investigadores analizaron a 3.205 británicos de más de 50 años bajo seguimiento durante cuatro años en el ámbito del proyecto English Longitudinal Study of Ageing (ELSA). Este trabajo contó con el apoyo de la FAPESP.
“Se sabe que la vitamina D participa en diversas funciones del organismo. A decir verdad, es una hormona, y entre sus distintas actividades se encuentran la reparación muscular y también la liberación de calcio para contraer los músculos (cinética de la contracción muscular). Por ende, ya era esperable que la vitamina D provocase alguna alteración muscular, y fue exactamente eso lo que nuestro estudio comprobó”, afirma Tiago da Silva Alexandre, docente del Departamento de Gerontología de la UFSCar y director de la investigación.
Da Silva Alexandre explica que los tejidos óseos y musculares están interconectados no solo mecánica y físicamente, sino también bioquímicamente. “Por este motivo, los trastornos endócrinos, tales como los casos de deficiencia e insuficiencia de vitamina D, favorecen la pérdida de densidad mineral ósea, como así también la disminución de masa, fuerza y función muscular”, dice. En el estudio, los investigadores seleccionaron a individuos de más de 50 años que no exhibían debilidad muscular, es decir, con una fuerza neuromuscular mayor o igual a 26 kilos (kg) para varones y mayor o igual a 16 kg para mujeres (medida según la fuerza de prensión manual, que posee una buena correlación con la fuerza global).
Al realizar el seguimiento de los participantes durante cuatro años, los investigadores verificaron que aquellos que padecían déficit de vitamina D al comienzo del estudio (su nivel en la sangre era menor que 30 nanomol por litro) exhibieron un riesgo un 70 % más alto de desarrollar debilidad muscular al final del estudio que aquellos que poseían niveles normales de vitamina D (un nivel en la sangre mayor que 50 nmol/L). “Esto de por sí constituye un hallazgo importante, pues muestra que el déficit de vitamina D eleva un 70 % el riesgo de desarrollar debilidad muscular. Con todo, como sabemos que en el mundo hay muchos casos de personas con osteoporosis que toman suplementos de vitaminas, necesitábamos verificar el peso de la suplementación”, dice Maicon Luís Bicigo Delinocente, becario de la FAPESP y autor del estudio. Para ello, los investigadores retiraron del análisis a los individuos que tenían osteoporosis y que efectuaban suplementación de vitamina D.
“Cuando las personas con osteoporosis que efectuaban la suplementación de vitamina D fueron retiradas de los análisis, se verificó que aquellas que padecían deficiencia de vitamina D al comienzo del estudio estaban sujetas a un riesgo un 78 % mayor de desarrollar debilidad muscular. En tanto, quienes padecían insuficiencia (con un nivel en sangre situado entre 30 y 50 nmol/L) presentaron un riesgo 77 % mayor de desarrollar debilidad al final de los cuatro años de seguimiento al comparárselas con las personas que exhibían niveles normales de vitamina D”, dice Bicigo Delinocente.
Da Silva Alexandre remarca que, con este resultado, fue posible comprobar que no solamente la deficiencia, sino también la insuficiencia de vitamina D hacen que las personas estén sujetas a un riesgo mayor de padecer debilidad muscular. “Otro reflejo de los hallazgos de este estudio reside en la importancia de la reposición de vitamina D, de ser necesaria. El estudio se llevó a cabo con británicos, y sabemos que la incidencia solar en Brasil es mucho mayor que en Gran Bretaña, pero el hecho es que también tenemos una alta incidencia de déficit e insuficiencia de vitamina D en Brasil y en el mundo, fundamentalmente entre las personas de más edad”, dice.
Da Silva Alexandre reitera que para que se produzca la síntesis de vitamina D en el organismo es necesario tomar sol con áreas del cuerpo expuestas. “Pero debe explicársele a la gente que la insuficiencia y la deficiencia de vitamina D elevan el riesgo de desarrollar una pérdida de fuerza muscular. Por eso es necesario decirles a esas personas que deben exponer más al sol, seguir una dieta con alimentos ricos en vitamina D o efectuar la suplementación y practicar ejercicios resistidos para mantener la fuerza”, culmina.