Sin embargo, viajar a estas regiones de ensueño también conlleva ciertos riesgos para la salud que los viajeros deben considerar. Las enfermedades tropicales, transmitidas principalmente por insectos o por el consumo de agua y alimentos contaminados, son un desafío frecuente en muchas de estas áreas. Las enfermedades más comunes suelen ser, entre otras, la malaria, el dengue, fiebre del zika, la chikunguña, esquistosomiasis, filariasis o la rabia.
Según un estudio coordinado por investigadores de la Estación Biológica de Doñana (CSIC), el Centro Nacional de Epidemiología del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) y el Área de Epidemiología y Salud Pública (CIBERESP) del Centro de Investigación Biomédica en RED, España sigue registrando entre 700 y 850 casos de malaria importada al año. Además, según el Comité Asesor de Vacunas de la AEP, los casos de dengue, zika y chikunguña han aumentado desde el 2022, confirmándose 389 casos de dengue, 6 de zika y 82 de chikunguña en 2023.
Ante esta situación, los expertos explican que “las enfermedades tropicales representan un riesgo significativo para los viajeros, especialmente en destinos donde las condiciones sanitarias varían en gran medida con respecto a la sanidad española. Es crucial que los turistas se preparen adecuadamente y tomen precauciones para protegerse contra estas infecciones. La prevención es la mejor defensa; por eso, recomendamos encarecidamente a todos los viajeros que se informen y sigan las medidas recomendadas. Nuestro objetivo es garantizar que disfruten de su viaje con la tranquilidad de estar bien protegidos frente a los diferentes riesgos para la salud. Por estas razones, el seguro de viaje cobra especial relevancia, ya que puede cubrir emergencias médicas que protejan frente a posibles eventualidades”.
Estos destinos ofrecen vivencias memorables, pero es indispensable tomar ciertas precauciones para garantizar una estancia segura. Se recomienda, varias semanas antes de tomar el avión, consultar con un médico especializado en medicina del viajero, lo que permitirá recibir las vacunas necesarias y un asesoramiento específico basado en el destino. Algunas de las vacunas más comunes son contra la fiebre amarilla, hepatitis A y B, además de la administración de medicamentos preventivos contra la malaria en caso de visitar una zona de riesgo.
Asimismo, la protección contra los mosquitos se vuelve imprescindible, repelentes que contengan DEET, picardina o aceite de eucalipto de limón deben ser aplicados generosamente en todas las áreas de la piel, así como dormir con mosquiteras. La salud gastrointestinal también hay que cuidarla, por ello es recomendable ingerir únicamente agua embotellada o hervida, alimentos bien cocidos y pelar la fruta antes de consumirla, así como mantener una higiene frecuente de las manos para evitar agentes microbianos infecciosos.
Aún habiendo mantenido todas estas medidas, siempre queda la posibilidad de contraer alguna infección. Si se experimenta fiebre alta, dificultad respiratoria o deshidratación severa, hay que buscar atención médica de inmediato. “Si enfermas mientras estás en un país tropical, no esperes a que los síntomas se agraven. Busca atención médica lo antes posible y asegúrate de informar a los médicos sobre tus antecedentes de viaje y los síntomas que estás experimentando. La pronta atención y el diagnóstico adecuado son esenciales para un tratamiento efectivo. Por último, no olvides mantener a tu aseguradora informada sobre cualquier emergencia médica para recibir el apoyo necesario”, destacan expertos de Allianz Partners.