Un equipo del Instituto de Ciencia de Materiales de Madrid ha logrado reconectar la médula espinal totalmente seccionada de una rata utilizando espumas tridimensionales de óxido de grafeno. Este avance, publicado en la revista Bioactive Materials, muestra el potencial del grafeno para tratar lesiones medulares y abre nuevas vías para la investigación en terapias para pacientes parapléjicos. Los investigadores han demostrado que estas espumas pueden promover la regeneración neural incluso en lesiones completas, favoreciendo el crecimiento de vasos sanguíneos y neuritas. Además, se ha confirmado la reconexión del tejido neural con el cerebro mediante registros electrofisiológicos. Este trabajo es parte del proyecto europeo Piezo4Spine, que busca curar lesiones medulares a través de nanotecnología. Para más información, visita el enlace: https://biblioteca.cibeles.net/logran-reconectar-la-medula-espinal-totalmente-seccionada-de-una-rata-gracias-a-espumas-de-grafeno/.
Un equipo de investigadores del Instituto de Ciencia de Materiales de Madrid (ICMM-CSIC), bajo la tutela del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidad (MICIU), ha logrado un avance significativo en el campo de la neurociencia al reconectar una médula espinal completamente seccionada en un modelo de rata. Este hito se ha conseguido mediante el uso de una espuma tridimensional elaborada con óxido de grafeno reducido, según lo publicado en la revista Bioactive Materials.
Las lesiones en la médula espinal suelen ser parciales, afectando a segmentos específicos. Sin embargo, este estudio demuestra que el material utilizado puede facilitar la reconexión del tejido neural incluso en casos de lesión total. La investigadora Conchi Serrano, una de las autoras principales, señala: «Nuestro equipo había demostrado ya que estas espumas generan un ambiente prorreparativo en la médula espinal de rata, pero queríamos hacerlo también ampliando el tamaño de lesión y cambiando el nivel espinal, y hemos conseguido replicar los resultados».
El grupo de investigación, colaborando estrechamente con expertos del Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo, ha desarrollado una espuma conocida como ‘scaffold’. Este material es sometido a un tratamiento térmico a 220ºC para eliminar grupos oxigenados y mejorar los enlaces químicos entre láminas, lo que resulta en una mayor estabilidad mecánica. Serrano destaca su experiencia de más de diez años trabajando con este tipo de materiales para aplicaciones en regeneración neural.
Al implantar este scaffold en la médula espinal del modelo animal, se observó un aumento significativo en la formación de vasos sanguíneos y neuritas. Estos filamentos son esenciales para conectar las neuronas entre sí. «Las neuronas que han sobrevivido alrededor de la lesión proyectan sus prolongaciones a través del scaffold», explica Serrano. Los resultados iniciales muestran mejoras notables tras 10 días y aún más prometedoras a los cuatro meses.
Serrano añade que «nuestros scaffolds favorecen el crecimiento tanto de vasos sanguíneos como de neuritas, distribuidos homogéneamente en el espacio lesionado». Además, se han realizado registros electrofisiológicos que revelan respuestas cerebrales al estimular la médula por debajo del área dañada. Esto indica que no solo hay tejido neural atravesando el scaffold, sino que también está reconectándose con el cerebro.
Este proyecto forma parte del
Se logró reconectar una médula espinal totalmente seccionada a nivel torácico en un modelo de rata utilizando una espuma en tres dimensiones creada con óxido de grafeno reducido.
El objetivo es demostrar el potencial del óxido de grafeno para el tratamiento de lesiones medulares y abrir nuevos caminos de investigación hacia la cura de pacientes parapléjicos.
Se utilizó una espuma llamada 'scaffold' hecha con óxido de grafeno reducido, que fue tratada térmicamente para mejorar su estabilidad mecánica.
Se observó la aparición de vasos sanguíneos y neuritas, lo que indica que las neuronas sobrevivientes proyectan sus prolongaciones a través del scaffold.
Los resultados mejoran con el tiempo; aunque son incipientes tras 10 días, son mucho más prometedores a los 4 meses después del implante.
Se registraron respuestas en el cerebro al estimular la médula por debajo de la zona dañada, confirmando que hay tejido neural atravesando el scaffold y reconectándose con el cerebro.
Este trabajo forma parte del proyecto Piezo4Spine, financiado por la Unión Europea a través del programa Pathfinder de Horizonte Europa.