Rafa Bernaldo de Quirós | Martes 02 de septiembre de 2014
Llevar a cabo buenos hábitos de higiene dental es fundamental para la salud de los más pequeños.
Algunos sencillos cambios como corregir el modo del cepillado, cuidar el lugar dónde se guarda el cepillo, o conocer el tiempo de vida útil de éste, ayudarán a que crezcan sanos.
La función principal del cepillado es acabar con la placa, una película blanquecina que se deposita sobre los dientes y tejidos blandos bucales en la que viven colonias bacterianas responsables de las enfermedad de los dientes (caries) y las encías (enfermedad periodontal).
Es muy importante, en el caso de los niños, que se realice un cepillado eficaz que cuide al detalle las claves de higiene que garantizan una salud dental duradera. Los expertos de Clínica Sicilia han desarrollado un didáctico decálogo con motivo de la vuelta al cole.
1. ¿Cada cuánto lavarse los dientes?
Es fundamental cepillarse los dientes con regularidad y después de cada comida. Para ello los niños, hasta crear un hábito, necesitarán que los padres les recuerden en cada ocasión que se debe proceder al cepillado. "Es especialmente importante para prevenir enfermedades periodontales, pues la bacteria oral presente en sus bocas puede entrar en el flujo sanguíneo”.
2. ¿Cómo hacerlo?
Movimientos cortos y suaves, prestando especial atención a la línea de las encías, “esa es la estrategia básica para lograr una buena limpieza”.
Para cepillarse correctamente hay que incidir en las superficies externas e internas de los dientes, así como en las zonas de masticación y la lengua. Dos minutos serán suficientes para acabar con la placa bacteriana. Para asegurar que los niños cumplen esta regla se puede recurrir a un juego con un cronómetro o reloj.
3. Atención y supervisión paterna
El cepillado debe realizarse con especial atención y cuidado, y no debe practicarse a la vez que otras tareas o distracciones como jugar con el teléfono o hablar. Por ello la vigilancia de los padres, en estas edades, es esencial para asegurar que los pequeños de la casa dedican tiempo y cuidado a esta labor.
4. Enjuague bucal
El enjuague bucal debe de ser una fase más del cepillado, incorporando esta herramienta tanto para higienizar el cepillo después de la limpieza bucal, como para limpiar la boca antes,"disminuyendo considerablemente la carga de bacterias”.
5. ¿Dónde guardar el cepillo?
“Inculcar a los niños el cuidado del cepillo es fundamental, ya que es un foco de gérmenes”.Estos y las bacterias se acumulan en las cerdas, entrando posteriormente en la boca pasando por dientes, encías y lengua.
Por este motivo, desde Clínica Sicilia recomiendan evitar guardarlo en un lugar húmedo como el cuarto de baño, ya que “es más propenso para el crecimiento de microorganismos como estafilococos, bacterias coliformes, pseudomonas, levadura, bacteria intestina y gérmenes fecales”.
No mezclar con otros cepillos a la hora de almacenarlos.
6. ¿Cómo limpiarlo en casa y en el colegio?
Se debe enjuagar el cepillo a fondo con agua potable después de la limpieza. Esto permitirá retirar todos los restos de pasta de dientes y de comida que queden atrapados entre las cerdas.
Además es importante empapar el cepillo en enjuague bucal antibacterial tras su uso para conseguir la mayor higiene posible. Después se debe colocar siempre en posición vertical y al descubierto, para dejarlo secar hasta el siguiente uso.
Por último hay que añadir que es conveniente “limpiarlos antes de estrenar el cepillo, ya que en el empaque puede haber bacterias y microorganismos”.
7. ¿Cuándo cambiar tu cepillo?
Todos los cepillos tienen un tiempo de vida útil que variará según el modo de utilización y la cantidad de uso que se le dé. El momento para saber que es necesario comprar otro es cuando se observen las cerdas abiertas y deshilachadas.
Normalmente cada tres o cuatro meses convendrá cambiar el cepillo de los niños porque empezará a empeorar su capacidad limpiadora.
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