El Observatorio de Resultados 2012-2014 presentado por el consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid, Jesús Sánchez Martos, ha puesto de manifiesto que los madrileños siguen mostrando, en más del 93% de los casos, su satisfacción con los profesionales de enfermería, tanto en Atención Primaria como en Especializada.
En ambos casos, los índices superan el 90% de satisfacción con el profesional de enfermería que “valora, de forma global, tanto aspectos técnicos de conocimiento como otros relacionados con el trato recibido durante la consulta en el centro de salud o la hospitalización”.
En Primaria el índice de satisfacción del usuario madrileño (satisfechos o muy satisfechos) supera el 94%, por encima de la valoración que ofrecen esos mismos usuarios del médico de familia o pediatra. En Primaria, la satisfacción con la amabilidad, que mide el trato recibido durante la consulta y que es fundamental en la relación enfermera-paciente, también supera el 94% (94,89%) y es también superior a la que se otorga a médicos de familia y pediatras.
En el caso de los hospitales, el índice de satisfacción con los profesionales de enfermería es del 91%, inferior en casi 5 puntos respecto a 2012, “comprensible, en opinión de SATSE Madrid, ya que viene a evidenciar lo que SATSE Madrid lleva años afirmando”.
Los recortes en las plantillas, la ausencia de coberturas en los puestos de trabajo, los turnos rotatorios, las jornadas de trabajo excesivas (en muchos casos las enfermeras comenzarán el año 2016 con días pendientes de disfrutar de 2015), la penosidad de muchos puestos de trabajo o la falta de motivación son algunas señales que los ciudadanos perciben en el trato que reciben de las enfermeras y ello se traduce en una disminución en la valoración (que sigue siendo de excelencia) que otorgan en el índice de satisfacción.
Respecto al trato y amabilidad de los profesionales de enfermería, el porcentaje de pacientes satisfechos y muy satisfechos es del 91,28%. Este ítem valora la cercanía y el trato recibido durante la hospitalización y es fundamental en la relación terapéutica enfermera-paciente.