Nadie puede negar que el injerto capilar está suponiendo uno de los tratamientos con mayor incremento de actividad dentro del sector estético de esta década.
A pesar de que el boom de esta técnica se diera con las ofertas low cost de otros países, lo cierto es que, en la actualidad, es “mucho más rentable” decantarse por las clínicas españolas, según apunta uno de los referentes del sector, el doctor Andrade, que ha observado durante los últimos años un cambio de preferencias “progresivo” de los pacientes sobre el lugar en el que someterse a una intervención tan compleja.
Precisamente por la complejidad de esta operación, considera que es fundamental escoger correctamente el centro y el cirujano responsable de esta técnica porque ya ha recibido en su clínica a muchos pacientes solicitando una corrección de intervenciones realizadas de forma incorrecta en otros países.
No obstante, en lo que más se incide a la hora de buscar un lugar para someterse a un trasplante de pelo es el seguimiento del proceso desde la primera cita, en la que se realiza un estudio previo, hasta pasado un tiempo desde que se disfrutan de los resultados naturales y definitivos de esta intervención.
Este es, precisamente, un hándicap de recurrir a clínicas del extranjero, ya que en los packs en los que se incluyen el vuelo, los traslados y la intervención, el trato con los responsables del centro es muy limitado y supeditado a la disponibilidad de traductores que faciliten una comunicación correcta que, en líneas generales, no es lo fluida que el paciente busca.
Técnicas cada vez más avanzadas
La técnica que se aplica a los pacientes para el injerto de pelo ha ido mejorando con el paso del tiempo y España ha estado siempre a la vanguardia de estos métodos, ya que fue de los primeros países en adoptar la técnica FUE, que consiste en la extracción individualizada de cada una de las unidades foliculares de la zona donante a la receptora, evitando así cicatrices demasiado evidentes y facilitando el trabajo del cirujano.
Con equipamientos cada vez más sofisticados y una adaptación a las necesidades de cada paciente, la oferta española se está asentando año tras año como una de las preferidas de los interesados en esta intervención.