Virginia González | Jueves 05 de noviembre de 2020
El uso de mascarillas, guantes y gel hidroalcohólico, así como el lavado frecuente de manos forman ya parte de nuestra vida diaria. Por ello, os traemos una serie de consejos para que puedas mantener tu piel intacta ante esta 'nueva realidad'.
Los expertos alertan de que está aumentando la aparición y el empeoramiento de distintos problemas de la piel como las dermatitis de contacto irritativa, más frecuente en las manos, pero también se está produciendo ek empeoramiento de enfermedades como acné, rosácea, dermatitis seborreica o dermatitis atópica.
La piel y las mucosas luchan por defensa contra los agentes externos, y tenemos que intentar mantener esa barrera lo más intacta posible para que continúe ejerciendo su función correctamente, al igual que tratar de forma precoz las alteraciones que puedan aparecer.
Las manos son las que más sufren por el uso reiterado de los jabones y geles hidroalcohólicos, que van alterando la capa lipídica de la piel. Esto provoca irritación, sequedad e incluso descamación, sobre todo en el dorso de las manos.
Para prevenir estos problemas al usar geles hidroalcohólicos tendremos que buscar los que incluyan en su composición ingredientes hidratantes y jabones de manos que respeten el pH de la piel.
Si se usan guantes habitualmente evita ponerlos sobre las manos húmedas ya que favorece la maceración de la piel, lo que puede provocar dermatitis. Hidratar frecuentemente las manos para calmar, reparar, aliviar las alteraciones producidas por el uso continuo de estos productos.
Cuida tu piel tras el uso de la mascarilla
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Diez consejos para prevenir las afecciones cutáneas por el uso de las mascarilla:
Limpia e hidrata bien tu rostro antes y después del uso de la mascarilla. Lava tu cara con agua templada y jabones limpiadores suaves y sin fragancias, evitando sustancias potencialmente irritantes. También puedes utilizar un agua micelar, que hidrata y refresca la piel. Después, aplica una crema hidratante para recuperar los componentes y el agua que la piel necesita, adecuada a tu tipo de piel y edad.
Si tienes problemas de piel, extrema tus rutinas. Las personas que presentan patologías dermatológicas previas, como el acné, deben cuidar de una forma mucho más exhaustiva su piel y seguir estrictamente sus rutinas de cuidado diario y tratamientos.
Evita el uso de maquillaje. Este incrementa el efecto oclusivo, la obstrucción y la suciedad de los poros de la epidermis. Si no es posible, opta por bases de textura fluida.
No olvides protegerte del sol. La mascarilla no protege de los rayos solares, por lo que es esencial, antes de salir a la calle, que te apliques un fotoprotector adecuado a tu tipo de piel y a las circunstancias de la exposición. Recuerda que la fotoprotección es fundamental durante todo el año, no solo en verano.
Presta atención al material de la mascarilla. Si un tipo concreto de mascarilla te produce problemas cutáneos, prueba otra de diferente material. También puede ser beneficioso ir cambiando de modelo o marca de mascarilla dentro del nivel de protección recomendado por las autoridades, para intentar que apoyen o rocen en zonas diferentes y evitar así la aparición de lesiones.
Si ves que tu piel se empieza a irritar, protégete de la fricción con una crema barrera o stick. Aplícate este tipo de productos unos minutos antes de ponerte la mascarilla en las zonas donde esta te roce o presione, como las orejas, la nariz o las mejillas. En el caso de tener que estar muchas horas con mascarilla, también puedes colocarte apósitos en las zonas de presión, que ayudarán a minimizar el daño en la piel.
Lávate las manos con agua y jabón de manera frecuente y durante un tiempo suficiente. Una correcta higiene de manos es una medida esencial para la prevención de infecciones como la covid-19. El jabón no debe ser demasiado desengrasante y ha de respetar el pH de la piel. Cuando acabes, sécate muy bien las manos para que no queden restos de humedad entre los dedos.
Ten el hábito de usar geles o soluciones hidroalcohólicas. Utilízalos sobre todo cuando no tengas acceso a agua y jabón, aunque tampoco es recomendable abusar de ellos. Aplica el producto y frota las manos para repartirlo bien por toda la piel y espera a que se seque antes de tocar otros objetos o superficies.
Si debes usar guantes, cámbialos a menudo. Si por motivos laborales estás obligado a usar guantes, recuerda cambiártelos a menudo y evitar ponértelos sobre las manos húmedas, ya que la falta de recambio del guante favorece la maceración de la piel de las manos y puede desencadenar una dermatitis.
Hidrátate las manos de forma regular. Para ello, usa, con tanta frecuencia como sea posible, cremas de manos que contengan componentes hidratantes, calmantes y reparadores. Recuerda aplicártelas también antes de irte a dormir.
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