Un nuevo estudio multicéntrico liderado por investigadores de la Universidad de Barcelona y otras instituciones revela que el consumo moderado de vino puede reducir el riesgo de complicaciones cardiovasculares. Publicado en el European Heart Journal, el análisis se basa en 1.232 participantes del proyecto PREDIMED, mostrando que beber entre media copa y una copa al día disminuye el riesgo cardiovascular hasta un 50%. Los investigadores subrayan que, aunque el consumo excesivo de alcohol es perjudicial, el vino en cantidades moderadas podría ser beneficioso dentro de la dieta mediterránea. Se destaca la necesidad de más estudios para confirmar estos hallazgos.
Un reciente estudio multicéntrico ha arrojado luz sobre la relación entre el consumo moderado de vino y la salud cardiovascular, sugiriendo que este hábito podría estar vinculado a un menor riesgo de complicaciones cardíacas. La investigación fue liderada por expertos de la Universidad de Barcelona, el Hospital Clínico y el Instituto de Investigaciones Biomédicas August Pi i Sunyer (IDIBAPS), junto con otras instituciones relevantes.
Publicada en la revista European Heart Journal, la investigación se basa en el análisis de un biomarcador del consumo de vino, específicamente el ácido tartárico, que se encuentra en las uvas. Los datos provienen de 1.232 participantes del proyecto PREDIMED, un amplio estudio epidemiológico centrado en los efectos de la dieta mediterránea sobre la salud cardiovascular.
Los investigadores enfatizan que, aunque el consumo excesivo de alcohol es perjudicial para la salud, los efectos del consumo moderado de vino son objeto de debate dentro de la comunidad científica. Según los autores del estudio, estos nuevos resultados deberían contribuir a posicionar al vino como parte integral de una dieta mediterránea saludable.
Entre los principales autores se encuentran Inés Domínguez, investigadora en la Facultad de Farmacia y Ciencias de la Alimentación; Ramon Estruch, profesor en Medicina y Ciencias de la Salud; Rosa María Lamuela, catedrática e ICREA Academia; y Miguel Ángel Martínez, profesor en la Universidad de Navarra. Todos ellos son miembros del CIBEROBN.
A pesar de las conclusiones alentadoras, persiste una controversia considerable respecto a los efectos del vino en la salud. Ramon Estruch señala que parte del debate surge debido a resultados contradictorios en estudios previos. Algunos han indicado un efecto protector del vino, mientras que otros no han encontrado evidencia suficiente para respaldarlo.
Las discrepancias podrían deberse a errores en los registros del consumo. A menudo, estos estudios dependen de información autodeclarada sobre hábitos alimenticios, lo cual puede ser poco fiable debido a recuerdos inexactos o percepciones sesgadas sobre el consumo socialmente aceptable.
Para abordar esta problemática, los investigadores utilizaron encuestas sobre frecuencia alimentaria complementadas con un biomarcador objetivo: la concentración urinaria de ácido tartárico. Esta molécula es producida principalmente por las uvas y raramente se encuentra en otras especies vegetales.
Una reducción significativa en el riesgo cardiovascular
El estudio reveló que el consumo leve (una copa semanal o menos) puede reducir el riesgo cardiovascular hasta un 38%, mientras que un consumo moderado (entre media copa y una copa diaria) podría disminuirlo hasta un 50%. Sin embargo, cuando se supera una copa al día, este efecto protector desaparece. Los investigadores subrayan que este consumo debe realizarse durante las comidas y no entre horas.
A pesar de estos hallazgos prometedores, Inés Domínguez advierte que el diseño observacional limita la capacidad para establecer causalidades definitivas. Es necesario continuar investigando para validar estos resultados. Se sugiere llevar a cabo estudios aleatorizados que asignen participantes a diferentes grupos con distintos niveles de consumo de vino.
Además, se propone investigar los mecanismos detrás de los efectos protectores del vino sobre el sistema cardiovascular, especialmente enfocándose en las propiedades antiinflamatorias de compuestos como los polifenoles presentes en el vino.
En resumen, aunque hay indicios positivos acerca del consumo moderado de vino y su posible beneficio cardiovascular, aún queda camino por recorrer para confirmar estas evidencias científicas.
Cifra | Descripción |
---|---|
1,232 | Número total de participantes en el estudio |
38% | Reducción del riesgo de complicaciones cardiovasculares con consumo leve (una copa a la semana y menos de media al día) |
50% | Reducción del riesgo de complicaciones cardiovasculares con consumo moderado (entre media copa y una copa al día) |
685 | Número de participantes que tuvieron alguna incidencia cardiovascular |