Investigadoras del Instituto de Investigación en Ciencias de la Alimentación (CIAL) han desarrollado galletas saludables elaboradas con bagazo de cerveza, un subproducto de la industria cervecera. Estas galletas son bajas en azúcares y ricas en fibra dietética, lo que las convierte en un aperitivo ideal para controlar el apetito. Utilizando fructooligosacáridos como sustitutos del azúcar y bagazo extruido, estas galletas no solo mejoran la calidad nutricional, sino que también promueven un enfoque de economía circular al revalorizar productos agroindustriales.
Investigadoras del Instituto de Investigación en Ciencias de la Alimentación (CIAL), un centro colaborativo entre el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), junto con la Universidad Católica del Uruguay y la Latitud-LATU Foundation, han desarrollado unas galletas saludables que utilizan como base el bagazo de cerveza, un subproducto de la industria cervecera. Estas galletas son bajas en azúcares y se presentan como una opción nutritiva, rica en fibra dietética, capaz de ayudar a controlar el apetito a corto plazo.
El equipo del CIAL-CSIC-UAM ha publicado sus hallazgos en la revista Food Bioscience. En su formulación, las galletas incorporan dos fuentes de fibra dietética: fructooligosacáridos, que actúan como sustitutos del azúcar, y el bagazo extruido, un residuo fibroso resultante de la molienda y maceración de los granos de cebada y otros cereales durante la producción de cerveza.
Este grano, que es rico en proteínas y representa el principal subproducto de la industria cervecera, se utiliza comúnmente como alimento para ganado o como fuente energética en fábricas. Según Dolores del Castillo, investigadora del CSIC y líder del proyecto, “además, es fuente de fibra dietética insoluble, principalmente celulosa, lignina y hemicelulosa, así como de compuestos bioactivos con propiedades antioxidantes”.
Bajo un enfoque de economía circular que busca revalorizar productos agroindustriales y su aprovechamiento ambiental, nutricional y social, las investigadoras se plantearon evaluar el potencial comercial de estas galletas. Para ello, analizaron cómo sustituir los hidratos de carbono digestibles por diferentes contenidos en las galletas reducidas en azúcar. Esto les permitió determinar las propiedades tecnológicas, atributos sensoriales y efectos gastrointestinales relacionados con la saciedad y el bienestar digestivo.
Las investigadoras también llevaron a cabo un análisis detallado sobre la estructura del alimento, un aspecto crucial para optimizar la digestión y biodisponibilidad de nutrientes. Del Castillo enfatiza: “Nuestra investigación incorpora un ingrediente alimentario sostenible a uno de los snacks más consumidos: las galletas. Esto mejora su calidad nutricional mientras mantiene una buena aceptabilidad por parte del consumidor, generando un efecto positivo sobre la saciedad con una adecuada tolerancia gastrointestinal”.
En futuros estudios, se explorarán las motivaciones que llevan a los consumidores a decidir si comprar o no este producto. También se analizará cómo influye la información sobre cada producto —como declaraciones nutricionales y propiedades saludables— en su intención de compra.
Las investigadoras han desarrollado galletas bajas en azúcares, elaboradas con bagazo de cerveza, un subproducto de la industria cervecera.
Estas galletas son ricas en fibra dietética y pueden ayudar a controlar el apetito a corto plazo. Además, incorporan ingredientes sostenibles que mejoran su calidad nutricional.
Se utilizan fructooligosacáridos como sustitutos del azúcar y bagazo de cerveza, que es rico en proteínas y fibra dietética insoluble.
El enfoque es la economía circular, buscando revalorizar productos agroindustriales y su aprovechamiento medioambiental, nutrimental y social.
Se estudiaron las propiedades tecnológicas, atributos sensoriales y efectos gastrointestinales, como la saciedad y el bienestar gastrointestinal.
La investigación incluyó un análisis de la estructura del alimento, lo cual es clave para la digestión y biodisponibilidad de nutrientes y compuestos bioactivos.
En próximos estudios se determinarán las razones que llevan a los consumidores a decidir comprar el producto y cómo influye la información sobre las propiedades saludables en su intención de compra.